Portaobjetos de microscopios médicos de España en los años 40 con sangre infectada de malaria. FOTO LA HORA: INSTITUTE OF EVOLUTIONARY BIOLOG / EUROPA PRESS/DPA.

MADRID
Agencia dpa / (Europa Press) –

Un equipo de investigadores internacionales, algunos de ellos españoles, encuentra similitudes entre el genoma del parásito de la malaria (‘plasmodium vivax’), erradicada en Europa hace 75 años, y la que aún existe en algunos países de América Latina, tal y como publican en un estudio publicado en ‘Molecular Biology and Evolution’, cuyo objetivo es comparar las cepas antiguas y actuales para ahondar en las causas de la resistencia a los tratamientos.

Así, desvelan la secuencia del genoma del parásito de la malaria extraído de unas muestras de sangre de un microscopio usadas en 1944 en España, uno de los últimos resquicios de malaria en Europa. La malaria fue la mayor enfermedad en Europa desde la Antigüedad y fue finalmente erradicada en la región en el siglo XX.

Este equipo internacional, liderado por el University College of London (UCL) de Reino Unido, el Instituto de Biología Evolutiva de Barcelona, y la Universidad de Copenhague (Dinamarca), analizó el portaobjetos de un microscopio de la década de los 40 del siglo XX, obtenido con el permiso del doctor Ildefonso Canicio, un investigador de la malaria española. El portaobjetos se utilizó para diagnosticar pacientes que sufrían malaria en la zona del Delta del Ebro, donde la esta patología fue común hasta 1960.

Comparando los datos genéticos de los portaobjetos con los datos del genoma actual del parásito de la enfermedad, los investigadores encontraron que los parásitos de la malaria europea erradicada fueron genéticamente similares al parásito de las muestras de malaria que se encuentran actualmente en Sudamérica, incluyendo países como México, Brasil y Perú.

UN ANTECESOR COMÚN EN EL SIGLO XV

Analizar muestras históricas también permitió a los investigadores estimar ratios de mutación, lo que los ayudó a deducir la época en que la cepa antigua del parásito de la malaria se separó de la otra. Estimaron, en este sentido, que el último antecesor común entre la malaria europea y la que aún existe en América existió en el siglo XV.

Esta divergencia está en línea con el colonialismo europeo, que introdujo la malaria en América, lo que las poblaciones indígenas de América no estaban infectadas antes de su contacto con los europeos. No hay una prueba fiable, afirman, de la existencia de malaria en América antes del período de colonización, pero hay datos históricos de la malaria en Europa desde tiempos de la Grecia clásica.

Los investigadores también pudieron percibir cómo los agentes infecciosos de la enfermedad pueden desarrollar resistencia a los tratamientos. El equipo halló que la malaria de la muestra de los años 40 ya tenía algunas mutaciones genéticas que son conocidas por conferir resistencia a los fármacos contra la malaria actuales, pese a que estos no se usaban en aquella época.

Así, los descubrimientos apuntan que el potencial de la resistencia a fármacos actual podría existir ya en algunas cepas de malaria del pasado, probablemente debido al uso histórico de la quinina (que se ha usado para combatir la malaria, tal y como otros tratamientos), lo que permite al parásito evadir medicaciones modernas poco después de su lanzamiento.

El paleogenetista del Instituto de Biología Evolutiva en Barcelona, Carles Lalueza-Fox, ha hablado sobre la importancia de estos hallazgos para comprender la malaria actual.

Después de ver «el potencial del antiguo material médico» para entender enfermedades infecciosas modernas, el investigador español ha afirmado que «se enganchó», por lo que actualmente están recolectando más portaobjetos de colecciones médicas y de museos para entender dónde emergió la malaria por vez primera y cómo, después, se extendió al resto del mundo.

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