Adolfo Mazariegos

El sábado de la semana recién pasada tuve el enorme gusto de asistir a la cena-presentación del libro “Aún somos monos” del doctor Juan Luis Gálvez Santizo, médico de profesión, además de poeta y artista plástico multifacético que con esta publicación pone sobre la mesa, para el debate, un breve ensayo cuyo contenido me excusaré de comentar a profundidad en esta ocasión, en virtud de que aún no he tenido la oportunidad de leerlo completamente puesto que recién he podido disponer de un ejemplar del libro (amablemente autografiado por el autor), y por lo tanto, no dispongo aún de todos los elementos necesarios para comentarlo adecuadamente. No obstante, con base en lo que vi y escuché durante la presentación de la obra y la cautivadora discusión que durante el evento se generó, pude apreciar que el autor plantea una tesis muy interesante en torno a la evolución humana y al hecho de que, desde su particular punto de vista, ese proceso de evolución de varios millones de años sigue en marcha (de ahí el sugerente título del ensayo, supongo). Tal como se lo expresé personalmente al autor después de su interesante disertación: me parece que, independientemente de la posibilidad de estar de acuerdo o no con su punto de vista, independientemente de que como lector me guste o no su planteamiento, e independientemente de las razones o motivaciones que le hayan llevado a investigar, escribir y publicar su ensayo, existe en ello un esfuerzo muy importante que en lo personal valoro mucho, no sólo por el trabajo que como autor ha debido realizar para ver culminada su obra, sino porque la misma, más allá de su temática, se constituye en un aporte muy importante para el debate académico en el país, algo que ha sido relegado desde hace ya mucho tiempo, tristemente, a segundos planos. La coyuntura global de actualidad en el marco de la academia y de la investigación científica social, sin embargo, hace necesario que el papel de América Latina –y Guatemala no es la excepción, por lo consiguiente– vaya más allá, que mire hacia el futuro y haga propuestas que permitan empezar a cambiar esa dinámica histórica que es una suerte de tradición a través de la cual los latinoamericanos tan sólo somos recipiendarios de teorías y corrientes de pensamiento que nos llegan ya digeridas (dispénsese la expresión), pero que muy poco aportamos en función de esa generación y producción de ideas (que las hay, sin duda) para el debate trascendental más allá de las fronteras de nuestros círculos habituales. Por ello, celebro el atrevimiento de Gálvez Santizo, porque como ya apunté, independientemente de que esté o no de acuerdo con su planteamiento y/o ideas plasmadas en su ensayo, considero ese trabajo de gran valía para la sana y necesaria discusión formal. Agradezco profundamente la gentileza de haberme invitado a su presentación y me alegro que haya quienes realicen propuestas para el debate como las de este breve ensayo. ¡Enhorabuena, y mis felicitaciones al autor!

Adolfo Mazariegos

Politólogo y escritor, con estudios de posgrado en Gestión Pública. Actualmente catedrático en la Escuela de Ciencia Política de la Universidad de San Carlos de Guatemala y consultor independiente en temas de formación política y ciudadana, problemática social y migrantes. Autor de varias obras, tanto en el género de la narrativa como en el marco de las ciencias sociales.

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