POR NICOLE WINFIELD Y MARI YAMAGUCHI/AP
TOKIO
El Papa Francisco expresó hoy en Japón sus preocupaciones en torno a la energía nuclear, tras reunirse con víctimas del desastre nuclear de 2011, y dijo que el desarrollo de las fuentes de energía del futuro debe tener en cuenta al medio ambiente.
Francisco no pidió de forma explícita la prohibición de la energía nuclear durante su encuentro con víctimas. Pero recordó que los obispos católicos de Japón pidieron la abolición de las centrales nucleares tras el «triple desastre», en el que tres reactores de una central nuclear en Fukushima sufrieron fusiones del núcleo tras un terremoto que provocó un tsunami.
El desastre provocó una emisión de radiación que obligó a desplazar a 160 mil personas. Nueve años más tarde, más de 40 mil personas no han podido regresar a sus casas.
Tras consolar a algunos de los evacuados reunidos en Tokio, Francisco dijo que el accidente de Fukushima no quedaría resuelto hasta que se abordaran las preocupaciones científicas, médicas y sociales que planteó.
«A su vez, esto implica, como han recalcado mis hermanos obispos en Japón, la preocupación por el uso continuado de energía nuclear. Por este motivo han pedido la abolición de las centrales eléctricas nucleares», dijo.
En el futuro, señaló, «habrá que tomar decisiones importantes sobre el uso de recursos naturales y en particular sobre las fuentes de energía del futuro».
Ayer, durante su primer día completo en Japón, Francisco visitó Nagasaki e Hiroshima, donde cayeron dos bombas atómicas estadounidenses durante la II Guerra Mundial, y tachó de «inmoral» tanto el uso como la posesión de armas nucleares.
El encuentro de Francisco con las víctimas dio comienzo hoy a un ajetreado día en Tokio, que incluía una audiencia privada con el emperador Naruhito, un acto con jóvenes y una misa en el Tokyo Dome.
Entre las 50 mil personas reunidas para la misa estaba Iwao Hakamada, un exboxeador profesional que se ha convertido en un símbolo de la lucha contra la pena de muerte en Japón. Hakamada, de 83 años, se convirtió al catolicismo durante las décadas que pasó en el corredor de la muerte por asesinatos que afirmaba no haber cometido.
Francisco ha dicho que la pena de muerte es «inadmisible» en todos los casos y uno de sus mensajes más importantes en Japón ha sido la llamada a «respetar toda la vida».
Durante su encuentro con jóvenes, el papa condenó lo que describió como una «epidemia» de acoso escolar que afecta a los jóvenes en Japón y otros lugares.
«Todos debemos unirnos contra esta cultura del acoso y aprender a decir ‘¡Basta!'», dijo Francisco a los estudiantes, tres de los cuales hablaron sobre la presión que sufrían en una sociedad hipercompetitiva, su sensación de no estar a la altura y la crueldad que en ocasiones sufrían de sus compañeros de clase, y que empujaba a algunos jóvenes al suicidio.
El papa tenía previsto concluir la jornada con un discurso político ante el primer ministro, Shinzo Abe, y miembros del gobierno.
El martes terminaba su semana de viaje a Asia con un discurso en la Universidad de Sofía, la principal universidad católica de Japón, fundada hace un siglo por la orden jesuita a la que pertenece Francisco.