BUENOS AIRES
Agencia (AP)
En su primer contacto formal con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el presidente electo de Argentina, Alberto Fernández, adelantó que está dispuesto a cumplir con los compromisos asumidos con el organismo, pero bajo una condición: no hará más ajustes fiscales.
Fernández, que asumirá el 10 de diciembre en reemplazo del conservador Mauricio Macri, habló ayer por teléfono con la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, con quien abordó una posible renegociación del préstamo por 56 mil millones de dólares que recibió el país sudamericano en 2018.
«Hemos elaborado un plan sustentable que nos va a permitir crecer y cumplir con las obligaciones que la Argentina tiene con ustedes y con el resto de los acreedores», dijo Fernández durante la conversación telefónica, según informó en un comunicado su oficina de prensa.
«Pero es mi deber anticiparle que en la situación en la que se encuentra la economía argentina es difícil propiciar un mayor ajuste. No podemos hacer más ajustes fiscales porque la situación es de una complejidad enorme, el nivel de ajustes en la era de Macri ha sido tremendo», advirtió.
Los mercados aguardaban por una señal del dirigente de centro-izquierda sobre el futuro de los compromisos de deuda asumidos por Argentina durante la gestión de Macri. Los inversores temen por el regreso de las políticas populistas que se habían implementado durante los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner entre 2003-2015, del cual fue parte Fernández como jefe de gabinete de ministros.
«He reiterado la disposición del Fondo a colaborar con su gobierno y trabajar para allanar el camino hacia un crecimiento sostenible y reducir la pobreza. Acordamos seguir manteniendo un diálogo abierto para el beneficio de los argentinos», manifestó por su parte Georgieva.
Fernández tendrá que afrontar un escenario de recesión económica y de inflación que se estima que estará en 55%, así como una pobreza que afecta al 35.4% de la población, según los registros del primer semestre del año.
Al mismo tiempo, la suerte de su plan económico dependerá de las negociaciones que mantenga con acreedores institucionales como el FMI y privados para evitar una cesación de pagos.