Por Grecia Ortíz
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Hace más de 30 años, Flavio Antonio Rivas decidió migrar hacia Estados Unidos pues soñaba con cumplir sus sueños, acompañado de su familia, que lo siguió en un camino de aprendizaje que hoy lo han convertido en un talentoso sastre que evidencia una historia de éxito en Boston.
Rivas le relató a La Hora Voz del Migrante en una entrevista, cómo su oficio lo ha llevado incluso a trabajar de cerca de grandes personalidades del deporte en Estados Unidos y todo gracias a una profesión que aprendió con la sabiduría de su padre de origen huehueteco.
El guatemalteco expresó que a los 7 años aprendió el oficio de sastre y cuando migró motivado por mejorar su vida y la de su familia tenía 28.
“Migré por lo mismo que la mayoría de personas que migramos para acá para este país por razones económicas y que en ese tiempo tenía pequeños a mis tres hijos y por eso busqué mejores oportunidades y eso me trajo a este país”, afirmó.
Aunque admite que antes era más sencilla la vida en EE. UU., enfatiza que quienes tienen oficios como el suyo, pueden salir adelante porque la mano de obra es bien pagada.
SU FAMILIA LO SIGUIÓ
En principio, recordó que no hablaba inglés, pero sus ganas de aprender lo llevaron a superarse y a trabajar con mucho esfuerzo.
“Unos amigos me llevaron a buscar trabajo y ya al otro día tenía trabajo y así he estado hasta ahora nunca me ha faltado que hacer como sastre recuerdo que empecé a laborar en el barrio italiano y yo lo que quería era aprender inglés, así que busque como trabajar en un lugar donde aprendiera lo que quería porque sabía que era mayor oportunidad”, destacó.
Con su esfuerzo reunió algunos recursos económicos con los que su familia emprendió el viaje para seguir sus pasos y acompañarlo en su vida de esfuerzos y trabajo duro, “mis hijos tuvieron la oportunidad de un futuro mejor”.
Por muchos años, Flavio trabajó para empresas en donde fue perfeccionando su técnica hasta que llegó la oportunidad de cambiarse a otro empleo en donde el salario era mejor, hasta llegar a inaugurar su propio taller de costuras con el apoyo de su hermano Carlos Rivas, con quien trabaja desde hace varios años.
SU TRABAJO LOS DESTACA
Y es por esa dedicación que en ocho oportunidades ha sido reconocido como uno de los mejores sastres de Boston y una vez a nivel de EE. UU., se llevaron el cuarto lugar como mejor sastre, “hemos tenido muchas menciones en periódicos de Boston”.
Así el trabajo de Flavio y su hermano Carlos, los ha llevado a darse a conocer figuras del deporte profesional en EE. UU., así como de la política, incluyendo jueces federales, abogados e incluso a la familia Kennedy, así como al laureado jugador de la NFL, Tom Brady y a su esposa, la reconocida modelo Gisele Bündchen.
“Nosotros conocemos a la familia del jugador Tom Brady y vamos a su casa, también atendemos a Julian Edelman de los New England Patriots, también tenemos entre nuestros clientes a varios jugadores de los Celtics de Basquetbol y a quien fuera su entrenador Doc Rivers, es una persona muy alta y entonces nosotros les ayudamos a ellos”, contó.
Incluso relató que hace pocos días ajustó algunas prendas de ropa para la esposa de Brady, Gisele Bündchen.
CONSTRUYEN UN SUEÑO
Todo lo que hace la familia Rivas, lo ha logrado porque han trabajado en equipo y ahora son unos 13 sastres los que se empeñan en sacar adelante un oficio tan importante en Boston y todo se inspiró en la experiencia que vivió en uno de sus trabajos anteriores.
“Con el paso de los años crecimos con un cuarto y comenzamos a trabajar solo y nos llegó más clientela, de ahí contratamos más personas y fue llegando más personal”, dijo.
Además, destacó que su hermano Carlos ha sido vital para todo lo que han logrado. Flavio también agradece que su padre le enseño el oficio con el que hoy se destaca en EE. UU.
Con los años, el guatemalteco cuenta que ha viajado a Guatemala en diferentes oportunidades y cuando lo hace aprovecha para vivir las tradiciones de su país, que aún mantiene presente en sus pensamientos.
AGRADECE A SUS PADRES
Asimismo, visita a sus padres, y agradece siempre a su papá Leandro Baudilio Rivas, porque “siempre le he dado a él todos los méritos de lo que soy, porque por mi papá soy lo que soy, él me corregía y así fue como aprendí bien”.
Finalmente, agregó que siempre tratan de estar presentes y apoyarlos económicamente junto a sus hermanos, “la gente le dice a mi mamá que sus hijos son respetuosos y se siente muy bien”.
“Les agradezco a mis padres a enseñarnos a ser buenos hermanos, sí discutimos pero siempre arreglamos nuestras diferencias lo importante es que siempre estamos unidos y así somos. Soy el mayor de todos”, puntualizó.