Mariela Castañón

mcastanon@lahora.com.gt

Licenciada en Ciencias de la Comunicación, once años de ejercicio periodístico en la cobertura de niñez, juventud, violencias, género y policiales. Becaria de: Cosecha Roja, Red de Periodistas Judiciales de América Latina, Buenos Aires, Argentina (2017); Diplomado online El Periodista de la Era Digital como Agente y Líder de la Transformación Social, Tecnológico de Monterrey, México (2016); Programa para Periodistas Edward R. Murrow, Embajada de los Estados Unidos en Guatemala (2014). Premio Nacional de Periodismo (2017) por mejor cobertura diaria, Instituto de Previsión Social del Periodista (IPSP). Reconocimiento por la "cobertura humana en temas dramáticos", Asociación de Periodistas de Guatemala (2017). Primer lugar en el concurso Periodístico “Prevención del Embarazo no Planificado en Adolescentes”, otorgado por la Asociación Pasmo, Proyecto USAID (2013).

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Mariela Castañón
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Guatemala es un país violento donde diariamente mueren varias personas principalmente por heridas de proyectil de arma de fuego; se estima que hasta un 85 por ciento de los homicidios ocurren por esta causa.

Este tema es preocupante, porque a pesar de que es la primera causa de muerte por violencia, no se presta mayor atención sobre la facilidad de acceso a las armas.

En varias ocasiones he intentado obtener información de cuántos delitos contra la vida ocurren con arma registrada y cuántos con arma no registrada, sin embargo, ninguna institución ha logrado responder a esta enorme interrogante.

Aunque, instituciones de seguridad y justicia afirman que los asesinatos ocurren principalmente con armas ilegales o no registradas, esto no se ha logrado comprobar con estadísticas y análisis de soporte, solo con declaraciones. Mientras tanto, hay homicidios que ocurren con armas registradas y eso es un dato público.

Es cierto que obtener un arma no registrada, o rentada, no es tarea difícil para las estructuras delictivas, pues así lo han reflejado las investigaciones de la Policía Nacional Civil (PNC) y el Ministerio Público (MP). Tampoco, es complicado obtener legalmente licencias de tenencia y portación de armas de fuego.

La tenencia de armas ampara a una persona como propietaria de un arma registrada ante la Dirección General de Control de Armas y Municiones (Digecam), mientras que la licencia permite a un usuario portar un arma de fuego en cualquier parte del país; para tener una licencia es necesario obtener una tenencia, es decir una es complemento de otra, ha explicado el Ejército cuando se le ha consultado.

Por otro lado, la Ley de Armas y Municiones no establece un límite de licencias de tenencias y portación de arma de fuego, por ello una persona podría tener hasta cien armas sin ninguna restricción.

El 22 de abril de 2009, entró en vigencia el Decreto 15-2009 Ley de Armas y Municiones y a partir de esa fecha se han emitido miles de licencias de tenencia y portación. El año pasado solicitamos información sobre el tema y esto fueron los datos obtenidos:

De acuerdo con la Unidad de Información Pública del Ministerio de la Defensa, del 22 de abril de 2009 al 27 de septiembre de 2018, había extendido a través de la Digecam, un total de 717 mil 368 tenencias de arma de fuego.

En el mismo período de tiempo también concedió 317 mil 938 licencias de portación de arma de fuego que correspondían a 446 mil 552 armas (en cada licencia se pueden amparar tres armas de fuego). Las licencias que se demandaban principalmente, eran para: pistola, 330 mil 343; escopeta, 59 mil 287; rifle, 30 mil 306; revólver, 23 mil 906; carabina, 2 mil 229.

Al final, nadie sabe a quién se le está entregando las licencias pues, aunque se realizan evaluaciones para obtener una primera licencia de portación, siempre quedan dudas.

Guatemala necesita estadísticas unificadas, análisis e información que aporte a las causas de los problemas, con el objetivo de prevenir el delito y procurar un país seguro y en paz.

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