Marco Tulio Trejo

mttrejopaiz@gmail.com

Soy periodista, comunicador social y un soñador creador de opinión pública, para hacer conciencia que permita mejorar los problemas sociales, económicos y políticos que nos aquejan y nos mantienen inmersos en una sociedad con pocas oportunidades de vida para las nuevas generaciones. Estoy convencido de la importancia que tiene la prensa, en el fortalecimiento de la democracia, para coadyuvar a la consolidación de un Estado de Derecho con una certeza jurídica y el lema de mi señor padre siempre fue: “la pluma no se vende, ni se alquila”.

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Marco Trejo

Las estadísticas de violencia física y sexual contra las niñas y niños en Guatemala son alarmantes, pero sobre todo deleznables. Somos un país donde cada dos horas es agredido un menor de edad, esto nos pone ante los ojos del mundo como un país desvalorado y sobre todo depredador de nuestro futuro.

El año pasado (2018) se reportaron, por parte de una ONG, más de 10 mil casos de maltrato infantil y más de 5 mil de violencia y abuso sexual que documentaron. Estamos afectando a nuestra población más vulnerable, un niño merece disfrutar la vida y vivir en paz, sintiéndose un ser querido y apreciado por su entorno familiar.

Pero, qué puede pasar por la mente de un niño o niña que han sido agredidos, se convierten en resentidos sociales y después nos quejamos de que andan metidos en problemas, si como sociedad no hemos cuidado que no les pase nada y que los agresores sean castigados con el rigor del peso de la Ley.

Nuestra juventud no solamente afronta el problema de la desnutrición, sino que tiene que ver cómo se las espanta para no ser vulnerada en su integridad física, pero lo más lamentable es que muchas veces esa violencia o agresiones vienen desde el seno del hogar o de algún conocido de la víctima. En la mayoría de casos los amenazan que, si dicen algo, van a matar a su mamá o su papá y los pequeños ingenuamente se asustan y hacen silencio para vivir su infierno a solas.

Los mal llamados Padres de la Patria en vez de estar buscando revanchismos políticos deberían de estar legislando para que esto no suceda, pero no les interesa cambiar estos problemas sociales que aquejan a nuestras nuevas generaciones. El mayor problema es que suceden los hechos y la misma familia no se atreve a denunciar, que mal de verdad.

Los guatemaltecos nos hemos desensibilizado en la mayoría de casos, las madres o los padres prefieren callar por el que dirán, sin ponerse a pensar que sus hijos han sido afectados para toda la vida, si no se les da el apoyo psicológico adecuado.

Tenemos que proteger a nuestros niños y niñas, no podemos permitir que estas cifras queden impunes y que sigan aumentando, todos estamos solamente viendo pasar el huracán y no hacemos nada, tenemos que denunciar, aunque no sean nuestros familiares los afectados, para eso hay instituciones que velan por la niñez y la adolescencia.

Muchos guatemaltecos hemos perdido los valores morales y los principios, tenemos que hacer algo para recuperar ese terreno perdido que únicamente nos lleva a ser una sociedad afectada y sin alternativas de oportunidades en la vida. Todos nos debemos comprometer, como sociedad, a eliminar estas formas de violencia y abusos contra la niñez. En los últimos tiempos se ha denunciado que nuestra juventud cada vez es más asediada por los traficantes de personas, especialmente para esclavitud sexual.

He visto preocupación por este flagelo y las instituciones de seguridad han hecho esfuerzos para evitar este negocio, pero este gobierno se ha peleado con el gobierno de Suecia, que solamente el año pasado nos dio varios millones de quetzales para proteger a la niñez en la región de las Verapaces, donde se han acrecentado el número de víctimas.

Es imperdonable que el gobierno de Jimmy Morales no valore ese apoyo que nos han dado e incluso ponga a la Ministra de Relaciones Exteriores, Sandra Jovel a que cierre la embajada guatemalteca en aquel país, cuando deberíamos agradecer la preocupación y esfuerzos realizados para erradicar este problema.

Bien dicen que los guatemaltecos somos malagradecidos, pero le quiero decir al pueblo de Suecia que estos nefastos funcionarios están por salir del gobierno y que su mandato está llegando al final y que muchos guatemaltecos estamos agradecidos por el apoyo que nos han dado, para tratar de erradicar la violencia, que vive un grupo importante de nuestra sociedad.

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