Adolfo Mazariegos
Indica el profesor Byung Chul-Han de la Universität der Künste Berlin, UdK –Universidad de las Artes de Berlín– (lo parafraseo) que “toda época tiene sus enfermedades emblemáticas y que, como es de suponer, estas llegan a su fin o remiten una vez que se ha encontrado la cura” (Byung-Chul Han. La sociedad del cansancio (capítulo: La violencia neuronal). Edición en castellano publicada por Herder Editorial, Barcelona, 2012. Título original en alemán: Die Müdigkeitsgesellschaft. MSB Matthes & Seitz, Berlín, 2010). Cabe indicar que, ciertamente, cada etapa del desarrollo humano en sociedad ha tenido particularidades determinadas que las distinguen y que las hacen únicas en el tiempo, es decir, cada época, en el marco del desarrollo histórico de la humanidad, es irrepetible, intrasmutable, y ha tenido (como hasta hoy) sus propias problemáticas en tanto se van sucediendo inexorablemente los avances de la ciencia y la tecnología. Traigo esto a cuenta motivado por el fenómeno que actualmente experimenta el conocido Valle del Silicio –Silicon Valley–, la meca del desarrollo tecnológico de Internet y de las gigantes empresas que dominan gran parte de los entornos virtuales del mundo hoy en día. La tecnología y su desarrollo, como ya apunté y como es fácil apreciar, es algo que con su avance ha contribuido a que la humanidad, para bien o para mal, llegue hasta donde actualmente se encuentra. No obstante, ese avance también supone el advenimiento de problemáticas y padecimientos propios de cada etapa según sea dicho avance o desarrollo (hablando en términos puramente tecnológicos, claro está). En lo particular, no estoy en contra de tales avances, es más, los considero necesarios y parte de una dinámica natural e indispensable para el desarrollo de la humanidad en el que muy difícilmente reparamos; sin embargo, la forma y el uso que de ésta (la tecnología) se haga, sí es un asunto en el que me parece preciso prestar especial atención en virtud de los resultados y consecuencias que en un momento dado pueden acarrear. En el Valle del Silicio se está dando un fenómeno en aumento que está provocando ansiedad en los trabajadores del campo de la tecnología, quienes ya admiten la existencia de ese problema que ha empezado a hacer que su actividad empiece a perder ese “glamur” que inicialmente se constituyó en atractivo (Véase: Nellie Bowles. El valle del Silicio acude a terapia, en The New York Times, International Weekly, 29/09/2019). La responsabilidad y conciencia con que se asuman los retos y demandas de un mundo moderno y globalizado, por lo tanto, serán cruciales en el destino que la misma humanidad tenga el día de mañana. Cada etapa humana ha traído consigo sus propias enfermedades, padecimientos y riesgos, es verdad; y la actual etapa del ser humano en sociedad en la que la tecnología pareciera ir a pasos muy acelerados no es la excepción. Todos, queramos o no, estamos expuestos a ellos.