Partidarios del FPOE, el partido de extrema derecha austríaco, asisten a un acto electoral, ayer. Foto La Hora: AP/Ronald Zak

KABUL
AP

Las autoridades electorales cerraron las urnas en Afganistán hoy, en medio de quejas generalizadas de irregularidades y focos de violencia por parte de los insurgentes talibanes, sobre todo en el sur y el norte del país.

Los afganos eligen a su nuevo presidente en medio de fuertes medidas de seguridad. Los principales candidatos son el actual mandatario, Ashraf Ghani, y su socio en el gobierno de unidad, Abdullah Abdullah.

Los votantes se quejaron de que las listas de votantes estaban incompletas o eran inexistentes y de que las máquinas de identificación biométrica destinadas a reducir el fraude no funcionaban correctamente o que los funcionarios no estaban capacitados adecuadamente para utilizarlas.

Una elección profundamente defectuosa podría llevar al país al caos.

No se esperan resultados preliminares antes del 17 de octubre y los resultados finales no se esperan hasta el 7 de noviembre. Si ningún candidato obtiene el 51% de los votos, se llevará a cabo una segunda ronda entre los dos candidatos más votados.

Los talibanes advirtieron a la población que no votara o que se arriesgaría a salir herida.

Uno de los primeros reportes de violencia se produjo en el sur del país, el antiguo corazón espiritual de los talibanes. Una bomba causó 15 heridos en una mezquita que albergaba un centro de votación, según un médico del principal hospital de la ciudad de Kandahar.

Entre los heridos, tres de ellos con un pronóstico crítico, había varios policías y funcionarios electorales, además de votantes, agregó el doctor, que habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado a informar a los medios.

También se reportaron ataques esporádicos en otros puntos del país, pero no estuvo claro de inmediato si su objetivo fueron centros de votación.

El miedo y la frustración por la incesante corrupción que ha caracterizado a los sucesivos gobiernos fueron las principales preocupaciones de los 9,6 millones de personas que tienen derecho a voto.

Afganistán también se ha visto sacudido por un repunte de la violencia en vísperas de los comicios, luego del fracaso de las conversaciones entre los talibanes y Estados Unidos para poner fin a la guerra más larga librada nunca por Washington.

En algunos centros de votación de la capital, Kabul, los votantes hicieron fila desde antes de su apertura, mientras que en otros puntos, los funcionarios electorales no llegaron a tiempo.

Imam Baksh, que trabaja como guarda de seguridad, dijo no estar preocupado por su seguridad mientras esperaba para marcar su boleta, sin tener todavía claro a quien daría su apoyo. «Todos ellos han sido muy decepcionantes para nuestro país», dijo.

Los principales candidatos a la presidencia son el actual mandatario, Ashraf Ghani, y su socio en el gobierno de unidad que rigió el país los cinco últimos años, el presidente ejecutivo Abdullah Abdullah, quien denunció supuesto abuso de poder por parte de su rival.

Las primeras quejas incluyeron una por la demora en la apertura de las urnas en Wazir Akbar, una elegante región de la capital, y fallos en el funcionamiento de las máquinas biométricas con la que se intenta frenar el fraude.

En Taimani, un vecindario de mayoría hazara del norte, faltaban dos terceras partes del registro de votantes, y los trabajadores electorales dijeron a los enojados electores que sus nombres no estaban en la lista.

Abdul Ghafoor, quien habló en nombre de decenas de hombres que esperaban para emitir su voto, explicó que de los alrededor de 3 mil votantes registrados, solo 400 aparecían en la lista enviada al centro. Los funcionarios le dijeron que regresara a las 14:00 horas y que entonces podría votar aunque no figurara en la lista y sin usar la máquina biométrica.

Artículo anteriorHong Kong: miles conmemoran quinto aniversario de protestas
Artículo siguienteEE. UU.: Jueza bloquea reglas de detención de niños migrantes