Sandra Xinico Batz
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El Centro Comunal de Patzún -Cecopa- es una institución que surgió a finales de los 70 para contribuir a la reconstrucción y recuperación social, emocional y económica del pueblo que fue fuertemente afectado por el terremoto de 1976. Su creación requirió el trabajo colectivo de las vecinas y los vecinos de Patzún que contribuyeron a su construcción porque tenían la visión de que representaría un espacio que aportaría al bienestar local y al fortalecimiento de la identidad kaqchikel. Es la naturaleza con la que nace el Centro Comunal lo que determina que esta institución se construyera en un terreno comunitario que se ubica en el centro de la cabecera municipal.
Antes del terremoto de 1976, en donde ahora se ubica el Centro Comunal, funcionaba la Casa Real, una institución colonial en la que fungieron autoridades kaqchikel que se encargaban del sostenimiento del lugar, lo cual era una de sus funciones, ya que eran los únicos espacios permitidos por los invasores para que ejerciera la autoridad indígena. Los españoles construyeron la institucionalidad colonial sobre tierras que despojaron a nuestras ancestras y nuestros ancestros, a quienes obligaban a darlas o los mataban. Es por esto que estamos conscientes de que los bienes comunales no son propiedad de las municipalidades o de los funcionarios de estas, sino que son patrimonio de nuestros pueblos y, por lo tanto, es nuestro derecho administrarlos y/o recuperarlos.
Desafortunadamente la ambición que nos genera el individualismo ha provocado que esto se anteponga ante el bien común, relegando la colectividad para imponer el lucro, provocando serios daños a la comunalidad de nuestro pueblo como ha ocurrido con el caso del Centro Comunal, que en los últimos veinte años no sólo perdió su rumbo, sino que ha tendido a la privatización manteniendo prácticas poco transparentes que han dado lugar a la corrupción y que han provocado la cooptación de Cecopa. En el imaginario del pueblo de Patzún el Centro Comunal y el terreno donde se ubica significan una sola cosa: un bien comunal.
Los bienes comunales de nuestro pueblo han estado constantemente amenazados, ya que muchos de estos fueron asignados bajo el resguardo de la Municipalidad que no los ha protegido ni resguardado, sino que por el contrario los ha cedido a empresas privadas, vendiendo así nuestro patrimonio mientras que en nuestra comunidad existe una gran necesidad de acceder a espacios donde se puedan fortalecer la organización comunitaria, para que esto contribuya a la construcción de soluciones frente a las problemáticas que vivimos como comunidad. La misma Municipalidad ha permitido el deterior de nuestros bienes comunales al punto de dejarlos abandonados y sin uso con tal de no ceder a nuestra comunidad la administración de estos.
Esta situación es la que ha generado la necesidad de luchar por recuperar los bienes que le pertenecen a nuestra comunidad, para darles un uso y sentido realmente comunal cuya administración no debe enmarcarse o restringirse a los de una asociación tradicional organización no gubernamental (ONG) sino que pueden regirse bajo nuestra propia forma de organización.