En el diccionario de la Lengua Española está la palabra que mejor se puede aplicar a la forma en que, tras haber puesto a su país de alfombra de Trump, quedó el señor Jimmy Morales luego del discurso del Presidente de los Estados Unidos ante la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas, puesto que no sólo todo el mérito y agradecimiento por sus “logros” en el tema migratorio los atribuyó a la ayuda y colaboración del Gobierno mexicano, sino que fue a López Obrador a quien de manera expresa y pública agradeció los “avances” que ha tenido en la contención de migrantes.
Ya lo habíamos dicho en La Hora al advertir que el sueño de impunidad que motivó a Morales a su abyecta postura con el Gobierno de Estados Unidos no rendiría frutos porque Trump no es el tipo de persona cuya lealtad se asegura siendo su sirviente, por más sumiso y abyecto que ese servicio pueda ser. Y bastó escuchar el discurso del Presidente de Estados Unidos para darse cuenta que a Morales lo ve y lo vio como pura chenca de puro, es decir como algo totalmente inútil y al que ni siquiera valía la pena mencionar. No olvidemos que Washington le ha abierto las puertas al presidente electo, Alejandro Giammattei, porque saben que el futuro del acuerdo depende ahora de él y no de quien va de salida y con la cola entre las piernas.
Debe haber imaginado Morales que después de haber sometido la soberanía del país en la firma del Acuerdo de Tercer País Seguro, de acuerdo al concepto que rige en los tratados internacionales sobre migración (aunque los gringos le quieran cambiar el nombre), su venerado Trump lo iba a tener presente como un puntal en la lucha contra los migrantes que llegan de Centroamérica a Estados Unidos y que si el tema sería abordado habría un expreso reconocimiento y mención honorífica de la forma en que Guatemala fue puesta al servicio de la política racista que pretende limitar no toda la migración, sino la de los indígenas y mestizos que provienen de esta parte del mundo. No se crea que el freno a la migración es parejo y que alcanza también a los europeos blancos, puesto que la ojeriza está contra los hispanos y específicamente contra los centroamericanos.
Y por si el desprecio de Trump no hubiera sido suficiente, Morales tuvo que hablar en la ya casi vacía Asamblea General, donde sólo se escucharon los aplausos de su comitiva, en otro brutal ninguneo.