Francisco Cáceres Barrios
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Lo que fue a decir a la 74ª Asamblea de las Naciones Unidas el presidente Morales no fue nada nuevo para los guatemaltecos, pues lo ha venido diciendo desde que se percató que estando al final de su mandato no cumplió con sus promesas electorales, mucho menos haber podido desarrollar programas de tal envergadura que le permitieran evitar los señalamientos que la población le ha estado haciendo de ser el peor o uno de los peores presidentes que ha tenido nuestro país a lo largo de su historia. Pero está bien que cuántas veces haya podido hacer uso del micrófono en Guatemala para pronunciar sus tediosos y repetitivos discursos en donde despotrica en contra de la CICIG, pero, ir a repetir el mismo cúmulo de mentiras frente al mundo, poniendo en mal predicado al país que representa, resulta totalmente imperdonable.
Resultó tan mentirosa su exposición que solo le faltó decir que todo lo malo que le pasó a nuestro país en los últimos cuatro años, incluso la erupción del Volcán de Fuego, fue por culpa de la CICIG, cuando la gran mayoría de los guatemaltecos a estas alturas seguimos apoyando totalmente su actuar para combatir frontalmente la corrupción y la impunidad, como nadie lo había hecho antes o ¿alguien podrá discutir que los procesos judiciales que se han venido llevando a cabo, desde el inicio de labores del último comisionado, no han sido justos ante el conjunto de tropelías cometidas en contra de los intereses del país, incluyendo al expresidente Pérez Molina, la exvicepresidenta Baldetti e incluso al fugado exministro Sinibaldi?
Por otro lado, ¿alguien que no sea mentiroso o farsante podrá argumentar que la prensa guatemalteca ha transgredido los términos empleados por el Papa Francisco cuando dijo: “Necesitamos un periodismo libre, al servicio de la verdad, del bien, de la justicia; un periodismo que ayude a construir la cultura del encuentro”? Pero cuando todo un Presidente de Guatemala asegura lo contrario, debiera siquiera tener la hidalguía de decirlo de frente a los periodistas, comentaristas, columnistas, reporteros y medios de comunicación cara a cara y no escudarse detrás de la tribuna de la ONU en Nueva York donde no se puede ejercer en el momento adecuado y preciso, el legítimo derecho respuesta.
De ahí que no quepa más que una explicación para lo que se fue a decir a la sede de la ONU, el que Jimmy Morales no haya podido lograr ninguna ejecutoria de valía durante su mandato, pues al no encontrarla sus asesores de siempre, Degenhart, Jovel y Compañía Limitada, no tuvieron otra alternativa que la de ir a hacer el ridículo de repetir mentiras, fácilmente comprobables, con tal de justificar la ausencia de cosas de importancia para el bien común de los guatemaltecos y del mundo. Finalmente, no queda más que desear que la ONU ojalá le responda al presidente Morales, pues merece ponerle los puntos sobre las íes.
