Raymond J. Wennier
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Guatemala es un país de belleza natural donde la mayor parte de su gente suda la camisola todos los días para marcar reloj de entrada/salida y también realizando sus actividades laborales productivas para ganarse la vida.
Constantemente escuchamos que no hay suficiente dinero para atender todas las necesidades de la población en general. No voy a hablar sobre las razones de la falta de dinero, eso lo dejo a otros columnistas. Quiero abordar el qué y el cómo satisfacer las necesidades de educación desde temprana edad; inicial hasta los grados de básicos y diversificado; de cero a dieciocho ocho años de edad.
El gobierno dice que no tiene dinero y que se ve obligado a buscar soluciones para satisfacer las necesidades de la gente. Hay que tener la actitud y tomar las acciones de una administración anticipatoria y no esperar a que haya crisis para entonces formar “una mesa de diálogo” que no llegue a ninguna solución. La razón es que hay una visión micro, no ven la totalidad del problema y así no visibilizan las posibles soluciones a tiempo.
El gobierno está obligado a buscar cómo aúna esfuerzos para satisfacer las necesidades básicas de la población, con miras a proporcionar las OPORTUNIDADES para lograr un mayor progreso personal que luego se traduzca en mayor progreso colectivo.
Hace años presenté un esquema de la estructura de una educación como centro de un círculo donde todos los ejes alrededor son los otros ministerios que deben colaborar para lograr mayores éxitos. Al así hacerlo, hay fondos asignados en cada ministerio cooperante, que sin salir de su estructura y de su presupuesto asignado, hacen de la educación, el centro focal de desarrollo del país.
Hay que atender el nivel secundario con urgencia; los jóvenes necesitan prepararse para su futuro inmediato. Más y mejores instituciones son necesarias, con personal bien calificado académica y moralmente, con instalaciones que respondan a modelos educativos y no los tradicionales. Lo anterior va para cada nivel, anterior y posterior.
Si queremos tener un profundo y permanente progreso, hay que empezar con otra visión; qué queremos a largo plazo. ¿Más aspirinas para un cáncer? Una visión a mediano y largo plazo es la base para una TRANSFORMACIÓN del sistema escolar que se inicia a los cero años de edad.
Dicen que no hay dinero para cumplir lo que mandan la Constitución de la República y la Ley de Educación como una OBLIGACIÓN. Con mayor razón, hay que juntar esfuerzos no sólo económicos sino humanos también para atender desde la educación inicial.
Ese trabajo debe incluir, especialmente en educación, personas con mucha experiencia ricas en interrelaciones sociales y de comunicación con maestros y padres de familia y con los otros actores necesarios en un plan de desarrollo integral. Aquí cabe la educación para la salud, para la economía familiar, la seguridad total, niños y jóvenes emprendedores, formación técnica en varios campos, agricultura, desarrollo de nuevas oportunidades y sentirse capaz.
No digan que no se puede. Que los departamentos jurídicos de cada ministerio empiecen a trabajar para lograr un trabajo en conjunto. Sólo educando al ser humano completo y desde los menos nueve meses de edad, Guatemala tendrá mejor futuro. Hay que hacerlo.