Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt
@ppmp82
No sabía ni cuándo ni cómo, pero lo que sí tenía claro era que las mafias de este país que desean regresar al pasado y controlar los elementos que necesitan con el afán de tener una impunidad que les ofrezca paz y que, según su concepto, fortalezca la economía, iban a dar la última batalla para lograr lo que han tratado de cosechar los últimos tres años desde el caso de Cooptación del Estado.
Y ayer la sociedad abrió los ojos cuando se conoció la iniciativa de ley con la que, Álvaro Arzú, Felipe Alejos, Juan Ramón Lau, tres más de TODOS y una de FCN-Nación buscan matar la carrera judicial en Guatemala para regresar la discrecionalidad a la Corte Suprema de Justicia (CSJ).
La carrera judicial es indispensable en cualquier sociedad que desea vivir y transitar por un Estado de Derecho sólido que, además, es necesario para que la economía se pueda desarrollar de manera integral (generando oportunidades, cerrando brechas mientras todos operamos bajo las mismas reglas) y en Guatemala en lugar de fortalecer eso, desean terminar de aniquilarla.
El Consejo de la Carrera Judicial ha sido un foco de cooptación de los operadores paralelos del Sistema de Justicia y hay quienes han mencionado que desean quitarle poder porque se les ha dificultado su operación y maniobras entre tanto tiburón que utiliza el sistema paralelo y para muestra, el Consejo no hizo sus deberes en la supervisión de magistrados porque con eso esperaban meter más goles que Messi en la temporada pasada.
Entonces les han planteado que todo será “más fácil” si desde la cooptación de la CSJ se puede poner de rodillas a los jueces que no se alineen. Hay quienes aspiran que, así como el antejuicio de Felipe Alejos se estructuró entre la negociación del Presupuesto de la Nación, la declaratoria sin lugar del mismo y una candidatura presidencial de quien antes operaba con más fuerza, ahora puedan armar los tamales con una CSJ pactada desde los más asquerosos callejones de impunidad.
No es secreto cómo se han elegido las últimas Cortes y Salas y a eso aspiran. La CSJ podrá ascender a jueces y removerlos cuando les plazca y eso es lo que buscaban y siguen afanando, pero, aspiran mediante “enmiendas de curul” hacer las modificaciones para obviar las evaluaciones a jueces y magistrados y con eso darle vuelta lo resuelto por la Corte de Constitucionalidad (CC) y así lograr que las mafias de este Congreso instalen su Corte y sus Salas.
Saben que, en el próximo Congreso, los máximos exponentes de la pandilla del mal estarán en una posición distinta para negociar y por eso es que se apresuran para intentar darle un “Golpe” a la CC. De concretarse esa acción sí sería un golpe a la institucionalidad y no sería raro que cuenten con al apoyo de copetudos y chorreados que necesitan que este Congreso elija magistrados.
Extraño que ayer no hubo reacciones de las Cámaras que en el pasado han hablado del Estado de Derecho y si en esta ocasión guardan silencio ante la forma en la que desean matar la carrera judicial, ya no habrá ninguna duda de su rol dentro de la Corporación de Impunidad.
Nunca nadie dijo que esto iba a ser sencillo, ni que las mafias no iban a pelear de regreso. No piense, ni por un segundo, que la batalla por un mejor Estado de Derecho que nos ayude a desarrollar nuestra economía será una cosa sencilla pero tampoco es imposible.
Es momento de unirnos, de elegir los mínimos por encima del miedo, la razón por encima del fanatismo y el desarrollo económico integral en lugar de aquel que desean hacer sobre la base de la corrupción e impunidad.