Marina Villén
Teherán/EFE
Las autoridades iraníes declararon hoy que no quieren una guerra, pero responderán con todos los medios a su alcance en caso de un ataque, mientras esperan la decisión de Estados Unidos sobre el tipo de acción que tomará contra Irán.
«Irán no tiene deseo de guerra, pero defenderemos a nuestro pueblo y nuestra nación», declaró el ministro iraní de Exteriores, Mohamad Yavad Zarif, en un mensaje de Twitter, red social a la que recurrió hasta en tres ocasiones en esta jornada para dirigirse a EE. UU.
Zarif apuntó que no es Irán el que quiere entrar en un conflicto, sino que son los aliados de Washington en la región -Israel, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos- los que «parecen desear combatir a Irán hasta el último (soldado) estadounidense».
El presidente de EE. UU., Donald Trump, examina hoy con su equipo de seguridad varias opciones militares y económicas contra Irán en represalia por el ataque del pasado sábado a la petrolera saudí Aramco, y, como primer paso, ya anunció sanciones contra el banco nacional iraní que son, según él, «las mayores» impuestas contra un país y golpean «directamente a lo más alto».
Teherán ha negado su implicación y los rebeldes hutíes se atribuyeron su autoría, pero tanto Washington como Riad han responsabilizado a Irán afirmando que los drones y misiles empleados eran iraníes y que los ataques no procedieron del Yemen.
Las opciones que propone el Pentágono no incluyen una ofensiva a gran escala. Se centran más bien en ataques cibernéticos y operaciones clandestinas contra los lugares desde los que Irán lanza sus drones y misiles de crucero o almacena sus armas.
No obstante, Teherán ya ha advertido de que, aunque se trate de un ataque selectivo, la respuesta será contundente y podría desestabilizar la región.
El influyente general Yahia Rahim Safaví amenazó hoy que su país responderá a un eventual ataque de EE. UU. a gran escala «desde el Mediterráneo hasta el mar Rojo y el océano Índico».
Safaví, que es asesor militar del líder supremo iraní, Ali Jameneí, afirmó también que Irán se ha convertido en «una potencia regional invencible en Asia occidental».
Ante un eventual conflicto, Irán confía en el apoyo de sus aliados regionales, ubicados en puntos de Oriente Medio tan lejanos como el Líbano o el Yemen.
El grupo libanés Hizbulá, el régimen sirio de Bachar al Asad, las milicias chiíes de Irak, el movimiento palestino Hamás y los rebeldes hutíes del Yemen son esos aliados con los que Irán podría contar para responder a un ataque estadounidense.
Pese a todo, el propio Safaví insistió en que la política de Irán se basa en «crear una paz y seguridad duraderas en la región», no en invadir otros países.
Una retórica menos belicista que también empleó ayer el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, quien tras su visita a Arabia Saudí y Emiratos abogó por buscar «una solución pacífica» a la crisis y «construir una coalición» para conseguirlo.
Para formar esa coalición, EE. UU. podría intentar recabar apoyos durante la Asamblea General de la ONU que se celebra la semana que viene en Nueva York.
Esa propuesta de coalición fue criticada, sin embargo, por Zarif, quien alardeó de los esfuerzos por la paz desplegados por Irán en los últimos años para resolver las crisis regionales.
El jefe de la diplomacia citó, entre otras iniciativas, el Plan de Paz para el Yemen de 2015, el Proceso de Astaná sobre Siria y el Pacto Regional de No Agresión propuesto este año.
Además, Zarif denunció el doble rasero de EE. UU. al tratar con la guerra en el Yemen y con los ataques a la petrolera saudí Aramco, escribiendo en Twitter: «Sangre árabe frente a petróleo árabe».
El ministro iraní afirmó que Washington otorga «carta blanca» a los culpables de la devastadora guerra del Yemen mientras considera un «acto de guerra inaceptable» los ataques contra las instalaciones petrolíferas.
EEUU apoya a la coalición árabe liderada por Arabia Saudí que desde marzo de 2015 interviene en el Yemen para expulsar del poder a los rebeldes hutíes y, además, ha firmado con Riad contratos armamentísticos millonarios.
Entretanto, las Fuerzas Armadas iraníes comenzaron maniobras militares aéreas en el golfo Pérsico de cara a los desfiles del próximo domingo con motivo de la Semana de la Defensa Sagrada, que conmemora la guerra entre Irán e Irak (1980-1988).
En estos desfiles, Irán hará gala de sus capacidades defensivas y de sus últimos avances armamentísticos, con el fin de disuadir a sus enemigos de cualquier acción militar. EFE
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