Tumor de colon. Cáncer. Foto la hora: IRB / Europa Press/Dpa.

MADRID
Agencia dpa / (Europa Press) –

Un nuevo estudio de la American Cancer Society revela que la incidencia del cáncer colorrectal (CCR) está aumentando exclusivamente en adultos jóvenes en nueve países de altos ingresos que abarcan tres continentes.

El estudio, que aparece en la revista Gut, encuentra que las tasas crecientes están en contraste con las tendencias estables o decrecientes en los adultos mayores, lo que sugiere que los cambios en las exposiciones tempranas de la vida están aumentando el riesgo de CCR.

El cáncer colorrectal es el tercer cáncer diagnosticado con mayor frecuencia en todo el mundo, con unos 1.8 millones de casos nuevos en 2018. En general, la incidencia de CCR está aumentando en los países de ingresos bajos y medianos, pero comienza a estabilizarse o disminuir en los países de ingresos altos, especialmente aquellos que han implementado la detección.

Sin embargo, los estudios de los datos del registro de cáncer indican que las tendencias generales favorables en los Estados Unidos y Canadá están ocultando un aumento en el CCR de inicio joven.

Para obtener más información sobre los patrones contemporáneos de CCR de inicio temprano a escala global, los investigadores dirigidos por Rebecca Siegel, epidemióloga de la American Cancer Society, analizaron datos poblacionales a largo plazo sobre la ocurrencia de CCR en adultos menores de 50 años frente a los mayores de 50 en 43 países que cubren seis continentes utilizando datos de incidencia de cáncer de alta calidad de registros de cáncer basados en la población.

De los 36 países con un número suficiente de casos para analizar tendencias, la incidencia de CCR entre adultos menores de 50 años se mantuvo estable en los últimos diez años en 14 países, disminuyó en tres (Italia, Austria y Lituania) y aumentó en 19.

En nueve de aquellos 19, el aumento en el CRC de inicio temprano contrastaba con las tendencias en los mayores de 50 años, que estaban cayendo (Australia, Nueva Zelanda, Canadá, Alemania y Estados Unidos) o estables (Dinamarca, Eslovenia, Suecia y Estados Unidos) Reino). En todos menos uno de estos países con datos a largo plazo, el aumento en el CRC de inicio temprano comenzó a mediados de la década de 1990.

Además, en tres países (Chipre, Países Bajos y Noruega) donde la incidencia aumentó en los grupos de edad más jóvenes y mayores, el aumento en los adultos jóvenes fue el doble que en los adultos mayores y también comenzó a mediados de la década de 1990. La incidencia de CCR de inicio temprano aumentó más rápidamente, un 4.2% por año, en Corea del Sur, donde la tasa ya es más alta entre todos los países analizados.

La disminución de la incidencia en adultos mayores en muchos países se atribuye en parte a la detección de CCR, que generalmente surgió en las últimas dos décadas y comienza entre las edades de 50 y 60 años.

Sin embargo, Austria e Italia, dos de los únicos tres países donde la incidencia de CCR de inicio temprano está disminuyendo, han realizado pruebas de detección de adultos a partir de los 40 y 45 años, respectivamente, desde principios de los años ochenta. Tanto en Austria como en Italia, los descensos en CRC menores de 50 años se limitaron a las edades de 40-49 años.

«Estos patrones potencialmente indican cambios en las exposiciones a temprana edad que conducen a la carcinogénesis del intestino grueso y resaltan la necesidad urgente de investigación para explorar la etiología potencialmente única del CCR de inicio joven –señala Siegel–. Aunque el riesgo absoluto de CCR en adultos menores de 50 años es bajo en relación con los adultos mayores, las tendencias de la enfermedad en los grupos de edad jóvenes son un indicador clave de los cambios recientes en las exposiciones a los factores de riesgo y a menudo presagian la carga futura del cáncer».

Los autores señalan que, si bien otros estudios aclaran las posibles causas del aumento, los médicos tienen la oportunidad de ayudar a mitigar la morbilidad y mortalidad prematuras por CCR con documentación activa de antecedentes familiares de cáncer; seguimiento oportuno de los síntomas, independientemente de la edad del paciente, y detección cuando sea apropiado.

Artículo anteriorSobrevivientes de ébola tienen más riesgo de morir
Artículo siguienteCómo YouTube cambia lo que ven los niños