Francisco Cáceres Barrios
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Me alegró la idea de desarrollar lo más pronto posible el proyecto de construir un sistema rápido de transporte colectivo, de ida y vuelta, sobre la antigua línea del ferrocarril que empezando desde la zona seis de la ciudad capital, atravesándola toda, pudiera llegar hasta el municipio de Villa Canales o más lejos si fuera posible. Me imagino que no va a ser cosa fácil por sinnúmero de circunstancias, empezando porque habrá que eliminar el cúmulo de viviendas asentadas que la tienen invadida y porque su costo es muy elevado, aunque hay muchas formas de lograr su autofinanciamiento.
Algo que por fin se hizo, fue el paso a desnivel de la Calle Martí y 13 avenida de la zona 6 sin embargo, por su elevado costo debiera ser complementada con la sincronización de los semáforos a todo lo largo de la primera de las mencionadas, porque de lo contrario la fluidez del tránsito va a ser interrumpida varias veces hasta llegar al Periférico.
Casos como este último vienen a confirmar la necesidad de atender la sincronización de la red de semáforos en todo el casco central de la ciudad y sus vías colaterales, puesto que cada día que pasa, si es un dolor de cabeza circular por las modernas calzadas construidas en diversas zonas de la ciudad capital, hacerlo en la zona central, no solo representa mucho tiempo y dinero perdido inútilmente, sino empeora sobremanera el libre paso de quienes forzosamente deben movilizarse a lo ancho y largo de la misma.
Tengo entendido que el Presidente electo tiene experiencia en la organización de asuntos municipales y eso debiera utilizarlo eficazmente para satisfacer tantas necesidades y carencias de viabilidad para propios y extraños en asuntos que no requieran de tantos recursos y sí de una gran capacidad de organización, coordinación o de buena relación con la comunidad guatemalteca, como por ejemplo, en poder armar una o varias mesas de trabajo en donde las fuerzas vivas de la nación puedan coordinar sus actividades, de tal manera que facilitara la libre circulación de vehículos durante las distintas horas de entrada y salida de sus actividades. De sobra sabemos todos que no es funcional que todos los servicios públicos empiecen a prestarse a partir de las 8 de la mañana y terminen a las 6 de la tarde. Ni que el mismo horario sea para el comercio, la industria o el transporte pesado y muchas actividades más, ¿entonces por qué no reestructurar algo que la mayoría de las capitales del mundo lo ha logrado desde hace rato con buenos resultados?
Sin el afán de criticar a los funcionarios del pasado, creo que ha llegado el momento de cambiar de actitud y dejar de lado las rencillas, olvidarnos de los intereses personales, como de los colores partidarios para pasar a volcarnos todos en buscar el beneficio de la colectividad pues de otra manera, nuestra ciudad nunca dejará de ser “pueblón”.