Por LUIS RUIZ
LIMA
Agencia (AP)
La saltadora llegó a una final descafeinada, literalmente, por la ausencia de una estrella colombiana. La ciclista acudió a la cita con dudas, y todavía con microfracturas y puntos de sutura.
Ninguna de las dos tuvo rival.
La venezolana Yulimar Rojas, en el salto triple, y la colombiana Mariana Pajón, en el BMX, iluminaron con sus oros la jornada del viernes en Lima, durante la que se destacaron también “Las Leonas” argentinas, al cortar una racha de 12 años sin un oro panamericano.
Al comienzo de la semana, se paladeaba el posible duelo entre Rojas y Caterine Ibargüen como el más atractivo de estos Juegos. Ausente la colombiana por una fascitis plantar que resintió el martes durante la prueba de salto de longitud, la final del viernes se quedó con una sola competidora.
También literalmente.
Rojas ganó con su mejor intento, un salto espectacular de 15,11, que fulminó la marca impuesta por la colombiana Ibargüen de 14,92 en Guadalajara 2011.
“Yo venía muy enfocada, concentrada en lo mío”, aseguró la venezolana de 23 años. “Sé que mi propia contrincante soy yo misma, yo soy la que me supero, mejoro mis marcas; yo tengo la habilidad de poder superarme”.
Pajón se había roto el ligamento cruzado de la rodilla izquierda en mayo de 2018 y el mes pasado sufrió una brutal caída en la Copa Mundial de Bélgica. Parecía lejos de su máxima capacidad, pero esa versión le alcanzó para alzarse con la medalla de oro superando a la brasileña Paola Reis, quien se quedó con la medalla de plata, mientras que el bronce fue para la venezolana Stefany Hernández.
“Tengo microfracturas en los dos brazos, puntos en el codo, un esguince en tobillo, una lesión clavicular y además la rodilla aún no está al 100. La verdad no sabía si iba a correr, pero son las ganas y el corazón lo que te hace venir acá”, admitió Pajón tras una prueba que dominó de principio a fin. “Hace unas semanas la rodilla estaba al 60 por ciento, ahora tiene más movilidad y fuerza, aunque no esté recuperada totalmente sabía que le tenía que cumplir al país y hacer sonar el himno”.
Monarca en 2011, la colombiana sufrió una caída en la final de 2015, y se quedó fuera del podio. El triunfo del viernes tuvo sabor a reivindicación y permite prefigurar que la colombiana buscará su tercer oro buscará su tercer oro olímpico consecutivo en Tokio 2020.
Si las lesiones lo permiten, en un deporte que bien podría ser el sueño de los traumatólogos convertido en realidad.
En la rama masculina, el oro fue para el ecuatoriano Alfredo Campo, quien había sido segundo en Toronto.
“Este es el resultado de muchos años de trabajo, yo me levanto todas las mañanas a entrenar para perseguir mi sueños porque poder oír el himno en una competencia como esta no tiene precio”, dijo Campo. “Es un orgullo enorme el poder representar a mi país, este triunfo es para todos los 17 millones de ecuatorianos que como yo trabajan día a día y se levantan a luchar por sus sueños”.
Si Pajón y Campo se sintieron reivindicados por oros que representaron una mejoría respecto de 2015, “Las Leonas” pudieron emitir un rugido de alivio.
Argentina se olvidó de sus frustraciones recientes en las justas continentales, al aplastar 5-1 a Canadá en la final del hockey sobre césped. Con ello, la selección albiceleste certificó también su pasaje a los Juegos Olímpicos.
“Las Leonas” argentinas habían naufragado en las últimas dos finales panamericanas, en Guadalajara 2011 y Toronto 2015. En ambas ocasiones, sus victimarias fueron las estadounidenses, que esta vez debieron conformarse con el bronce, al doblegar más temprano a Chile, también por 5-1.
“Muy contentas. En Toronto y Guadalajara no se nos dio. Era muy importante sacarnos esa espina y ganar nuestro partido así”, comentó D’Elia. “Nos debíamos un partido con un marcador abultado, ya que fuimos muy superiores. Estamos contentas con nuestro rendimiento en el partido y por haber ganado la medalla”.
Argentina no se coronaba en el hockey panamericano desde Río de Janeiro 2007, cuando completó una cadena de seis oros consecutivos, que había iniciado en lndianápolis 1987, la primera edición de los Juegos en que este deporte figuró dentro del programa en la modalidad de mujeres.