Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

Las cámaras empresariales del Agro, Industria, banqueros y por supuesto, el CACIF salieron a criticar a la Corte de Constitucionalidad (CC) cuando el presidente Donald Trump amenazó con imponer un impuesto a las remesas y establecer aranceles a los productos de exportación de Guatemala.

Lejos de criticar la abyecta posición de Morales y su Gobierno, el secretismo con el que han llevado las pláticas y la pésima gestión de negociación de este desgobierno que tenemos, se centraron en las críticas y advertencias a la CC, sin siquiera cuestionar al Gobierno que al día de hoy no nos está diciendo toda la verdad a los guatemaltecos porque sin duda negociaron cosas que ni sabemos.

Compraron la idea de que firmar, a toda costa, era necesario para evitar las sanciones, pero no se han puesto a pensar que, de la manera que lo hicieron y si todo esto termina en un fiasco peor que el de Mauricio Macri, Trump verá quien se la paga y no quien se la debe.

Aliarse con Jimmy Morales es un pierde pierde para cualquiera. Más allá de las enormes ilegalidades que tiene lo que se firmó, para ceder a los caprichos de Trump habrá que tener a miles de personas en nuestro territorio y solo Dios sabe cómo lograremos ofrecerles lo mínimo, cuando tenemos a un par de millones de guatemaltecos a los que no les hemos dado respuesta y han tenido que migrar. Qué decir de los millones que están aquí engrosando las filas de la pobreza y la marginación.

Y si resulta que las enormes y monstruosas ilegalidades que han cometido el trío del mal (Morales, Enrique Degenhart y Sandra Jovel) terminan en que lo que se firmó no tiene legalidad alguna y por ende será nulo e inviable, Morales se terminará de “cargar” a los tres magistrados de la CC para satisfacer a su nuevo amo quien, sin duda, también le apoyaría en su “derrocamiento” de magistrados tal y como lo hizo con el desmantelamiento de la lucha contra la corrupción.

Es decir, muchos del sector privado organizado se subieron desde hace ratos a un barco sin retorno. Lo que empezó como la salida de Iván Velásquez y la CICIG para que dejaran a muchos dormir en paz, se ha convertido en un total desmantelamiento de los avances y de la poca institucionalidad.

Por eso es que no critican al Gobierno ni le quieren siquiera cuestionar ahora porque el costo de la expulsión del investigador fue alto pero resulta que así como Morales pacta con ellos, también lo hace en almuerzos en los que consume una deliciosa gallina con loroco y las facturas a pagar terminan siendo enormes. Por eso dije que andar con Morales será su “necesidad”, pero los hace ver muy, pero muy mal.

Sé que hay gente que no está a gusto con la manera en la que se están manejando las cosas porque sí entienden que aliarse con Morales es un error y como dijo uno de ellos, ya hasta mi hijo me cuestiona por qué no decimos nada en contra de este Gobierno que nos está dejando en tablas.

Sin duda alguna la vieja guardia, aquella que vivió la guerra y tiene una mentalidad del pasado, sigue siendo un factor de total peso y ahora pilotean la nave porque sintieron que la generación de en medio perdió el rumbo y la “pedida del perdón” que no fue, terminó de ser la gota que rebalsó el vaso.

Los más jóvenes no supieron manejar la fuerza y la experiencia de la vieja guardia y ahora están operando como que ellos fueran los setentones u ochentones.

Mucho se ha recorrido pero nunca es tarde para enderezar el rumbo. Los que han estado callados pero en desacuerdo deben alzar la voz y los que van con Morales, Degenhart y Jovel en el mismo carro, que se bajen porque seguirán siendo cómplices de la mayores ilegalidades en la historia.

En 2015 les costó desligarse de Pérez y eso que el expresidente no desafió a la CC ni lo agarró la DEA a medio almuerzo con alguien que luego se entregó en Estados Unidos acusado de narcotráfico, pero lo hicieron y medio salvaron cara.

Ahora en cambio están jugando con fuego y se van a quemar.

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