Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt
@ppmp82
Jimmy Morales tiene una misión y es muy clara: lograr impunidad colectiva para él, los suyos, para quienes los actos de su pasado no los dejan en paz, para los que no pueden planear su futuro al tenor de unas reglas que todos cumplamos por igual y para los que siguen pensando que Guatemala es de unos pocos y no de todos.
Y como esa es su premisa, Morales ha venido actuando de manera consistente para obtener beneficios que satisfagan sus intereses personales y los de aquellos mencionados en el primer párrafo. ¿No me cree? Vayamos a los hechos.
Cuando movió la Embajada de Guatemala en Israel ¿qué negoció? El socavamiento de la lucha contra la corrupción, que pudiera expulsar a Iván Velásquez y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala y que desobedeciera a la Corte de Constitucionalidad (CC) sin que le dijeran ni pío.
Borrachos de poder, perdieron las formas. Se vendían como los aliados de Estados Unidos que atrapaba aviones con camiones y sentían que hasta podían asistir a almuerzos en los que un excandidato presidencial negociaba la forma en la que entregaría el país al trasiego, en presencia de agentes de la DEA. De eso, nunca dijeron nada quienes hoy salen con fuerza y en coro a criticar a la CC.
Y como la gallina con loroco (el menú del famoso almuerzo) se repite más que el rábano y da más cargo de conciencia que cualquier pecado, se fueron a entregar a los brazos de Estados Unidos y cuando uno se arrodilla nunca negocia porque se hace desde una posición de inferioridad y debilidad. Esa es la verdadera razón de por qué estamos en desventaja y no es por la CC.
Si las cosas se hubieran hecho por otros motivos, seguramente el Presidente (antes de ir) nos hubiera dicho que iban a empezar a negociar y que iban a pedir a cambio: el TPS para los nuestros, porque la idea es que ya no exportemos personas, pero los que están allá son clave para las economías de ambos países.
Pudo haber pedido que nos dieran más visas temporales para agricultores y otra clase de trabajos (meseros, construcción, etc.) porque muchos de esos empleos son rechazados por la gente que apoya a Trump y realizados por los migrantes de una manera ejemplar.
Se debió haber puesto sobre la mesa, que si vamos a ser un País Tercer Seguro (porque harán una güizachada y firmarán ilegalmente de todas maneras), Estados Unidos debiera asumir todo el costo de construcción de los lugares en donde estarán los migrantes, su estadía, hospedaje y manutención de quienes desde aquí hicieran su petición a Estados Unidos.
Eso sin contar los millones que el mismo Trump presume que cortó y que deberían restablecer incluso con “más agua al caldo” para que cualquier líder de este país verdaderamente comprometido, pueda empezar la cruzada para atacar las causas estructurales que generan marginación, migración y exclusión masiva.
Eso es lo que le deberían estar reclamando a Trump, pero como la intención es buscar la tranquilidad que da la impunidad, entonces cargan contra la CC con un doble propósito porque la siguen sintiendo como el eslabón que no permite la consolidación total de la dictadura de la corrupción.
Entiendo que hay gente que no lo debe saber, pero es vital que entiendan que un juez no ve si quien cometió un acto al margen de la ley es buena gente o no, si no analiza si se cumplió con la ley o no. Un juez no es un agente económico ni promotor de negocios, si algo no cumplió con la ley no cumple y punto, pero sirve que lo digan porque eso deja claras las intenciones de por qué es tan importante regresar al pasado con el apoyo de un Trump que ayer amaneció defendiéndose porque no lo han exonerado de obstruir la justicia.