Félix Loarca Guzmán
Las amenazas que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lanzó ayer contra nuestra patria por no haber firmado el convenio que convertiría a Guatemala en un Tercer País Seguro para los migrantes, han causado un impresionante revuelto a nivel nacional e internacional.
La intimidación del magnate inmobiliario que actualmente tiene su sede en la Casa Blanca, de aplicar un impuesto a las remesas que mensualmente envían los migrantes guatemaltecos desde Estados Unidos, así como aumentar los aranceles a los productos guatemaltecos de exportación, retrata de cuerpo entero la perversidad del gobernante norteamericano, en su obsesión por reelegirse un período más al frente de la Presidencia, en medio del extendido rechazo de altos porcentajes del pueblo de esa nación a su candidatura.
Trump sabe que solo cuenta con el apoyo de unos grupos de republicanos y de la ultraderecha religiosa y económica de ese país.
Las amenazas de Trump constituyen una forma de presión, e injerencia sobre nuestra soberanía para que el presidente Jimmy Morales se vea forzado a suscribir el referido convenio, sentando las bases para convertir a Guatemala en una enorme jaula para los migrantes de otras naciones, que tratan de ingresar al territorio de Estados Unidos en busca de trabajo y de mejores condiciones de vida, ante el desbordado crecimiento del desempleo, la pobreza y los altos niveles de violencia.
Ante los reclamos de Trump a Guatemala, el presidente Jimmy Morales, culpó a los Magistrados de la Corte de Constitucionalidad, (CC), por las consecuencias que pudiera sufrir la población.
Es bueno recordar que mediante una histórica resolución como consecuencia de una acción de amparo promovida por varios patriotas guatemaltecos, ese alto tribunal de justicia constitucional, frenó las intenciones encubiertas del gobernante de suscribir ese documento a espaldas del pueblo y sin contar con la aprobación del Congreso de la República, como manda la Constitución Política de Guatemala.
El doctor Alejandro Giammattei, uno de los dos candidatos que disputará la Presidencia de la República en la segunda vuelta electoral el próximo 11 de agosto, expresó que la culpa en este tema es únicamente de la errática política exterior del presidente Morales. A ello hay que agregar la pobre actuación de la Canciller Sandra Jovel.
En este caso, toda la responsabilidad recae sobre el presidente Morales, ya que igual que en el caso de la frustrada compra de los aviones a Argentina, su pecado fue la secretividad que rodeó el asunto. En cambio, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, con admirable gallardía rechazó la petición de EUA de ser un Tercer País Seguro, y en cambio propuso el despliegue de tropas a lo largo de la Frontera Sur.
La intención del gobernante de desprestigiar a los Magistrados de la Corte de Constitucionalidad, no dio resultado, pues entre el pueblo existe el convencimiento que ellos actuaron en defensa del orden constitucional.