GWANGJU, Corea del Sur
AP
Katie Ledecky generalmente está presente en la recta final, su resistencia la impulsa hasta llegar a la pared muy por delante de su competencia.
Sin embargo, alguien más llegó primero en la final femenil del Mundial de natación de Corea del Sur ayer.
Ariarne Titmus de Australia persiguió a Ledecky en la última vuelta para ganar la prueba de 400 metros libres y evitar que la estrella estadounidense consiguiera un cuarto título consecutivo e impusiera un récord. Fue la primera derrota de Ledecky en una competencia de un torneo internacional desde 2013.
“Esto duele un poco”, comentó Ledecky. “No es a lo que estoy acostumbrada”.
En tanto, el chino Sun Yang logró lo que Ledecky no pudo: ganar su cuarto título seguido en la final masculina de 400 libre.
Y tal como se esperaba, la controversia estuvo presente.
Titmus superó un déficit de 0.62 segundos cuando empezaba la última vuelta y ganó por 1.21 segundos a Ledecky. La australiana de 18 años tocó con 3 minutos 58.76 segundos.
Ledecky quedó en segundo sitio con 3 minutos 59.97 segundos, más del récord mundial de 3:56.46 que impuso en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
La estadounidense Leah Smith se llevó la medalla de bronce con 4:01.29.
Ledecky registró la última vuelta más lenta de las ocho mujeres que participaron en la final. Titmus fue 1.83 segundos más rápida en los últimos 50 metros.
Titmus lideraba la contienda en los primeros 200 metros, para que después Ledecky tomara la delantera con 250 metros restantes.
La estadounidense seguía al frente rumbo al final. Pero Titmus tomó impulso a la mitad de la última vuelta y tocó primero, convirtiéndose en la primera australiana en ganar desde que Tracey Wickham lo hizo en 1978.
En la final masculina de 400 libre, Sun pasó de la quinta a la primera posición y dejó atrás a su rival Mack Horton de Australia en la última vuelta para superar el récord del australiano Ian Thorpe de tres victorias seguidas.
“Es el logro más grande en la historia del equipo chino”, dijo Sun con ayuda de un intérprete. “Personalmente, es un gran inicio para mí y también para el equipo de China”.
Tocó primero con 3 minutos y 42.44 segundos. Horton se llevó la plata con 2:43.17, mientras que el italiano Gabriele Detti consiguió el bronce con 3:43.23.
Sun se subió a la cuerda del carril y alzó cuatro dedos en cada mano para celebrar. Golpeó el agua y fue el último nadador en abandonar la alberca. Cuando salió, levantó los brazos en dirección al sitio donde los fanáticos chinos festejaban y le aplaudían.
“Estoy muy agradecido por mis fanáticos”, comentó. “Estoy al tanto de que tengo fanáticos y también gente que me odia en ese lugar, pero simplemente estaba muy satisfecho de haber ganado”.
Sun conquistó sus otros títulos de los 400 libre en 2013, 2015 y 2017.
Su presencia en la justa mundial ha provocado molestia entre algunos nadadores, incluidos Horton y el estadounidense Lilly King. El australiano es el único que ha logrado vencer a Sun en los últimos ocho años, llevándose el oro en los 400 libre en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016. Fue ahí cuando Horton llamó a Sun “tramposo” por su suspensión de tres meses tras dar positivo en una prueba de dopaje en 2014.
Cuando le preguntaron lo que sentía tras la competencia el domingo, Horton respondió: “Frustración. Creo que saben en qué sentido”.
Por su parte, Sun dijo: “Sé sobre los rumores que se han propagado, pero sólo trato de concentrarme en mi forma de nadar y seguiré tratando de poner mucho esfuerzo en eso”.
En el podio, Sun y Horton no se estrecharon las manos. Sun y Detti se juntaron en la cima para posar ante los fotógrafos, pero Horton no se unió a ellos. Se quedó en su posición un poco más abajo y lejos del ganador.
“No creo que tenga que decir algo”, señaló Horton. “Sus acciones y cómo se ha manejado dice más que cualquier cosa que yo pueda decir”.