POR COLLEEN LONG
WASHINGTON/AP
Regrésense al lugar de donde vinieron.
El tuit del domingo del presidente Donald Trump hizo más que atacar a cuatro legisladoras demócratas pertenecientes a minorías étnicas de Estados Unidos. En unas cuantas palabras, Trump resumió su agenda: reducir el número de inmigrantes en Estados Unidos a través del temor y la fuerza.
Ese “regrésense” también estaba presente cuando calificó a los mexicanos de violadores y asesinos al hacer el anuncio de su campaña presidencial. Estuvo tras sus planes para el muro fronterizo, de las restricciones a la admisión de ciudadanos de ciertos países y de sus intentos de poner fin a las protecciones para los migrantes que llegaron de manera ilegal a Estados Unidos cuando aún eran niños. Está tras su pregunta a puertas cerradas de por qué Estados Unidos tenía que aceptar a tantos migrantes de “países de mierda”.
Ahora está tras la medida de su gobierno de eliminar la posibilidad de asilo para los migrantes que llegan a la frontera sur del país, dando un giro al papel de Estados Unidos como un lugar seguro para inmigrantes de todo el mundo.
Las medidas severas y los comentarios racistas de Trump han causado indignación. Sin embargo, no evitaron que Trump obtuviera la victoria en las urnas en 2016 y pudo haber energizado a algunos de sus partidarios. Con otra elección el próximo año, parece que Trump está redoblando esfuerzos.
LA REALIDAD DETRÁS DE SUS PALABRAS
En su tuit del domingo, Trump dijo que las cuatro legisladoras demócratas _ tres de las cuales nacieron en Estados Unidos _ deberían “regresar y ayudar a componer los lugares totalmente malogrados y plagados de delincuentes” de donde vinieron. Agregó que estos lugares “necesitan urgentemente su ayuda”.
Sus políticas con frecuencia son tan poco diplomáticas como su discurso. Las restricciones migratorias ordenadas poco después de asumir la presidencia fueron descritas como diseñadas para mantener a “terroristas islámicos radicales” fuera de Estados Unidos. Finalmente, una versión de la medida fue ratificada en tribunales.
Su gobierno también intentó impedir que los solicitantes de asilo cruzaran la frontera entre puertos de entrada, y ha amenazado un par de veces con cerrar toda la frontera sur. También ha intentado poner fin a las protecciones para migrantes de países devastados por la guerra o desastres, y ha reducido drásticamente el número de refugiados que acepta.
Y luego llegó el anuncio del lunes, que va más allá de cualquier restricción de asilo. De acuerdo con la medida, los migrantes que crucen otro país para llegar a Estados Unidos no podrán solicitar asilo en la frontera sur. La política, si sobrevive a las impugnaciones legales, parece dirigida específicamente a las decenas de miles de familias migrantes centroamericanas que cruzan la frontera en números récord, muchas de los cuales huyen de la violencia y pobreza extrema en sus países de origen.
Trump ha pasado apuros para lidiar con la creciente crisis en la frontera. Decenas de miles de personas, la mayoría familias, cruzan cada mes en números récords. Como resultado, las instalaciones fronterizas de detención están saturadas y se ha alargado la pesada espera en todo el sistema inmigratorio. Los migrantes están hacinados durante semanas en estaciones fétidas y sucias que no tienen la capacidad para albergar a personas más de algunos días. Los niños que deben ser colocados en albergues operados por el gobierno con escuela, atención médica y juguetes, son detenidos durante semanas en dichas instalaciones. Las enfermedades no están controladas. Niños han muerto.
Los agentes fronterizos también sufren e increpan —62 empleados y 8 exempleados son investigados por publicaciones ofensivas hechas en un grupo secreto de Facebook en las que se burlaban de migrantes y legisladores, incluida la representa Alexandria Ocasio-Cortez, una de las atacadas recientemente por Trump.
A TRAVÉS DE LOS OJOS DE TRUMP
Aunque los republicanos dicen que los demócratas se tardaron demasiado en lidiar con la crisis que surgía en la frontera, el mismo Trump se obsesionó con su muro fronterizo y forzó el cierre de gobierno más largo en la historia por el tema, antes de dar marcha atrás al decir que podía encontrar el dinero para el muro en otra parte. Incluso cuando habla sobre la crisis humanitaria, tiende a hacerlo a través del lente del migrante delincuente.
“Los demócratas se están engañando (realmente no lo creen) si dicen que puede detener el crimen, las drogas, el tráfico humano y las caravanas sin un muro o barrera de acero. Dejen de jugar y den a Estados Unidos la seguridad que se merece. Una crisis humanitaria», tuiteó en enero.
En referencia a las caravanas de migrantes, dijo que “muchos eran criminales”.
Cuando defendió sus tuits contra las congresistas, Trump dijo que “¡No hay un sólo hueso racista en mi cuerpo!”. Trump prácticamente no mencionó el asilo durante los extensos comentarios del martes a la prensa. En lugar de eso, se enfocó en el tema de inmigración y mencionó cómo México había reforzado sus tareas para detener a la gente antes de llegar a Estados Unidos y admiró la severidad de sus leyes.
“Esas leyes” —dijo— “dicen que puedes decirle a una persona: ‘Lo siento, no puedes venir. Vete’”.
SIN INDICIOS DE REMORDIMIENTO
Además, el presidente Donald Trump ha asegurado que no tiene remordimientos por su actual disputa con cuatro legisladoras demócratas de minorías étnicas que él comenzó con tuits que fueron considerados como racistas.
Trump declaró a la prensa que cree que “está ganando la discusión política” y “ganándola por mucho”.
“Si la gente quiere irse de nuestro país, puede hacerlo. Si no quieren amar a nuestro país, si no quieren pelear por nuestro país, pueden hacerlo”, afirmó Trump. “Jamás cambiaré eso”.
Trump no ha mostrado indicios de ceder en su estrategia de vincular al Partido Demócrata con las cuatro legisladoras liberales, incluso después de que la Cámara de Representantes condenó sus comentarios y los consideró racistas. Las cuatro representantes son ciudadanas estadounidenses y tres de ellas nacieron en Estados Unidos.
“Estoy disfrutándolo porque tengo que comunicarlo al pueblo estadounidense”, afirmó el mandatario. “Ellas están totalmente equivocadas. No es donde quiere estar nuestro país. No iremos en esa dirección y no seremos un país socialista”.