POR GEIR MOULSON/AP
BERLÍN
La canciller de Alemania y la primera ministra de Dinamarca escucharon los himnos nacionales sentadas en un acto en Berlín hoy, un día después del último de los tres episodios en los que Angela Merkel apareció temblorosa al asistir de pie a ceremonias similares.
Merkel no dio indicios de mala salud mientras estuvo sentada junto a Mette Frederiksen en el exterior de la
Cancillería en Berlín, un acomodo inusual en ceremonias con honores militares cuyo objetivo parecía ser impedir un nuevo incidente parecido.
En la víspera, el cuerpo de Merkel tembló visiblemente durante un acto similar con el primer ministro de Finlandia en el mismo lugar.
Más tarde sugirió que el impacto psicológico del primero de los episodios a mediados de junio provocó los posteriores, y apuntó que “tendré que vivir con ellos durante un tiempo” aunque agregó que no hay nada de qué preocuparse. Merkel indicó en el momento que el primer incidente del 18 de junio pudo haber sido causado por deshidratación en un día caluroso.
La salud de las figuras públicas suele considerarse un tema privado en Alemania y, hasta semanas recientes, ha habido pocos motivos para dudar de la salud de una líder con la reputación de ser fuerte. Las leyes de privacidad del país son muy estrictas con respecto a la información personal.
Merkel, quien cumplirá 65 años la próxima semana, también ha tenido una agenda saturada últimamente al asistir a la cumbre del Grupo de los 20 en Japón y una cumbre maratónica de la Unión Europea. El domingo, tiene programado asistir al desfile anual del día nacional de Francia.
Durante la conferencia de prensa tras la reunión de hoy con Frederiksen, Merkel eludió la pregunta de un reportero alemán de si había consultado con médicos y, de ser así, cuáles fueron los resultados.
“Primero, puede dar por sentado que estoy al tanto de la responsabilidad de mi oficina y actúo en conformidad”, respondió. “Y, en segundo lugar, puede dar por seguro que también tengo un gran interés personal en estar sana y atender mi salud”.
Cuando le preguntaron lo que significa para ella cumplir 65 años, Merkel respondió sonriente: “significa que no te vuelves más joven, pero quizás más experimentada. Todo tiene su lado bueno”.
La reciente ola de incidentes ha generado cierta preocupación en la prensa alemana –relativamente baja según los estándares de muchos otros países– en relación con la salud de Merkel, pero no domina la cobertura mediática del país.