Mientras acá se sigue viendo el esfuerzo de los dos candidatos que pasaron a segunda vuelta para hacer acuerdos con los caciques que pueden movilizar voto en distintas regiones del país, en Estados Unidos se sigue avanzando en la peregrina idea de hacer que un país inseguro se convierta en país seguro por obra y gracia del señor Donald Trump que está haciendo del tema migratorio el eje de su campaña de reelección y para ello necesita del concurso de países que puedan convertirse en tapones que detengan el flujo creciente de personas que buscan refugio en el Norte para mitigar sus necesidades tanto económicas como en términos de seguridad personal.

Aún y cuando Estados Unidos situara abundantes fondos para mantener los campos de concentración de refugiados, Guatemala no tiene las condiciones necesarias para ser el sitio donde permanezcan decenas de miles de hondureños y salvadoreños que buscan emigrar agobiados por las terribles condiciones que impone la pobreza existente en estas latitudes. Y eso que estamos pasando por alto que Guatemala no puede meter en esos campos de concentración a los chapines que, tristemente, son los que más salen empujados por esa terrible necesidad que agobia a tanta gente en nuestro país.

La migración ha dejado de ser un derecho humano por la actitud racista y grosera del gobierno norteamericano y se ha convertido ahora en un serio problema humanitario que afecta no sólo a Estados Unidos sino a cientos de miles de personas que se ven forzadas a abandonar su propio país en busca de una oportunidad para generar el sustento de sus familias.

Mientras acá discutimos el trinquete de los aviones argentinos y la ciudadanía se entretiene en las redes sociales señalando la corrupción del Gobierno, el plan para forzarnos a formar un muro que contenga la migración en la misma frontera entre Guatemala y México sigue avanzando a pasos agigantados y se prepara ya el anuncio formal de la peor decisión histórica en materia de política exterior de nuestro país. Sumisos y obedientes, tendremos que hacernos cargo nosotros de los centros de detención en los que quienes buscan refugio deberán aguardar el trámite legal de su solicitud, asunto que puede tomar varios años.

El asunto sigue caminando a marchas forzadas y se prepara ya el anuncio final de la decisión que será un trágico y funesto legado de Jimmy Morales, producto de su inmensa necesidad de asegurarse respaldo de Trump para obtener impunidad por las ilegalidades cometidas desde antes de llegar al poder y en las que sigue persistiendo.

Redacción La Hora

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