Pedro Pablo Marroquín

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Esposo, papá, abogado y periodista. ¡Si usted siempre ha querido un mejor país, este es su momento de actuar!

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Pedro Pablo Marroquín Pérez
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@ppmp82

Esta semana el Gobierno de Guatemala confirmó su 100 en la categoría de cinismo. Primero fue la canciller Sandra Jovel, quien a pesar de las voces de alarma en Estados Unidos respecto al trato que se le está dando a los migrantes detenidos en las fronteras, sale a decir que “la verdad es que lo que nosotros pudimos observar es que el trato que ellos reciben, es buen trato”.

Luego, fue el turno del ministro de Gobernación Enrique Degenhart, quien manifestó que Guatemala no ofreció ser un Tercer País Seguro pero sí que fue nuestro Gobierno el que se ofreció coadyuvar a Estados Unidos en el tema de la migración. Tanto él como Jimmy Morales dijeron que estaban a la espera de las condiciones y ver qué fondos se les darían para ser un “País Seguro”, pero cuando les cayó barniz por andarse ofreciendo tras la gallina con loroco salieron con este nuevo cuento.

Luego, volvió a salir Jovel al decir en la Organización de Estados Americanos (OEA) que el Gobierno de Guatemala era un ejemplo en la lucha contra la corrupción, cuando en realidad este Gobierno pasará a la historia por haber sido la marioneta perfecta para aquellos defensores del sistema y procuradores de impunidad.

Como Almagro anda en plena campaña de reelección, tolera cualquier mentira e incide en cualquier cosa (como en el nombramiento de Ralón a pesar de la recomendación de los expertos) y por eso se presta para que los funcionarios de Guatemala proyecten al mundo, desde la tribuna de la OEA, las mentiras que nos dicen a los guatemaltecos.

No deja de ser una clara muestra del cinismo de este Gobierno al haber usado la paja de la soberanía para echar a una CICIG que le contó las costillas y las mañas y ahora demuestran que eso de la soberanía en realidad les sopla las canillas; toleraron que se ofreciera el país al narcotráfico y basta ver a nuestro Gobierno andar de culumbrón con el Gobierno de Estados Unidos porque busca impunidad por las diversas cosas que han hecho y que los tienen muy preocupados.

Degenhart dijo el miércoles que tienen el apoyo de la Casa Blanca y porque se sienten con ese soporte es que hasta han pensado en dar el manotazo anulando ilegalmente las elecciones.

¿Cómo se sentirá el migrante que fue encandilado por Morales en la campaña pero que ahora no solo son olvidados sino entregados como carne de cañón a los americanos? ¿Qué sentirán que un responsable de la continuidad de las causas estructurales que los hacen migrar, sea el que en lugar de trabajar por atacarlas, los pone en una situación en la que migrar es la única forma de sobrevivir?

Y el cinismo no solo se da en el Gobierno. Están los que hablan que Dios les dijo que ganaban, pero meten las manos en la justicia incluso para perjudicar hasta a sus propios hijos y están aquellas que retrasan un caso para acelerar otros y todo hablando de Estado de Derecho.

Pero al fin y al cabo, la culpa es nuestra, de los ciudadanos y en especial de aquellos que con el triunfo de Morales y el haber evitado a Manuel Baldizón y Sandra Torres en el 2015 pensaron que era suficiente para enderezar un barco que no tiene compostura a menos que le hagamos un “overhaul” completo a su sistema de navegación.

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