Alfonso Mata

Hace unas semanas, en la graduación de los estudiantes de Harvard, la Canciller de Alemania señalaba una terrible situación a los graduados de esa prestigiosa casa de estudios: “Nuestras libertades individuales no están dadas.  La democracia no es algo que podamos dar por sentado. Ni la paz, ni la prosperidad…Pero si derribamos las paredes que nos rodean, si salimos al aire libre y tenemos el coraje de abrazar nuevos comienzos, todo es posible».

Ninguna de las generaciones actuales que convivimos en suelo guatemalteco, hemos visto ni cohabitado nunca dentro de una democracia en acción y tampoco estamos plenamente convencidos que sea la mejor manera de enfrentar los peligros planteados en los tan distintos grupos sociales, en cuanto a pensamiento y necesidades, que forman lo que de manera general llamamos sociedad guatemalteca. Así que estamos enfrentados simultáneamente a tres dramas que los vemos muchas veces cada grupo de manera diferente: lo político, lo ambiental y lo social y este es un tema que resulta decisivo resolverlo, especialmente para las nuevas generaciones. El voto en eso, no constituye más que el estartazo que el esfuerzo democrático demanda para entender y accionar cambios, pero jamás esperemos que vaya a provocarlos.

Y quizás lo más importante es que en este tema, los universitarios seamos honestos con nosotros mismos. En esto, también el mensaje de la Canciller es clave “¿Qué mejor lugar para comenzar a hacerlo que aquí, en este lugar donde tantos jóvenes de todo el mundo vienen a aprender, investigar y discutir los problemas de nuestro tiempo bajo la máxima de la verdad? Eso requiere que no describamos mentiras como verdad y verdad como mentiras”. Trasladado ese mensaje a nuestras universidades, es una invitación a una gran convención universitaria a estudiar y dictaminar futuros de esta patria y accionar como principio de una gran reforma política y técnica. Esto si propicia una manera de vivir en democracia.

En estos días en que cada vez es más fuerte el individualismo, en que querernos lo menos de restricciones y buscamos satisfactores con impaciencia y gratificación instantánea, del discurso de Merkel se pueden inferir dos preguntas que demandan de respuesta tanto de los que toman decisiones como de profesionales y técnicos, particularmente en relación con la ciencia y la tecnología y su aplicación en lo político, social y ambiental:  ¿se está haciendo algo porque es correcto o porque es posible? y las respuestas que demos a esa pregunta nos lleva a la pregunta fundamental: ¿Estamos estableciendo las reglas para la política, la sociedad y el ambiente, o es la estructura política, social y ambiental la que dicta cómo actuamos? Actualmente es así, grave error. Una reflexión clara sobre esto no existe y por consiguiente se debe plantear un discurso técnico y científico acompañado de reflexión política y científica que lleve a la acción. La misión de las universidades debe ser retomada en ese sentido ¿Buscando qué? derribar los muros de la ignorancia; la estrechez de miras; el rechazo al aislacionismo, al proteccionismo y la corrupción.

Alfonso Mata

alfmata@hotmail.com

Médico y cirujano, con estudios de maestría en salud publica en Harvard University y de Nutrición y metabolismo en Instituto Nacional de la Nutrición “Salvador Zubirán” México. Docente en universidad: Mesoamericana, Rafael Landívar y profesor invitado en México y Costa Rica. Asesoría en Salud y Nutrición en: Guatemala, México, El Salvador, Nicaragua, Honduras, Costa Rica. Investigador asociado en INCAP, Instituto Nacional de la Nutrición Salvador Zubiran y CONRED. Autor de varios artículos y publicaciones relacionadas con el tema de salud y nutrición.

post author
Artículo anteriorTiempo de elegir
Artículo siguienteNo más sin nosotros -los Pueblos-