FOTO JOSÉ OROZCO. Las personas migrantes durmieron en la casa de la maestra Norma Maritza Ramos, quien los atendió y apoyó.

POR MARIELA CASTAÑÓN
mcastanon@lahora.com.gt

Niñas y niños de diferentes edades, así como personas adultas principalmente de Haití permanecen afuera del albergue de Migración en la zona 5. Enfermedades respiratorias, precariedad y preocupación prevalecen en este lugar.

Rosario (nombre ficticio, por seguridad de la entrevistada) busca llegar a México con su esposo y su hijo. Ella fue remitida al albergue de Migración el sábado por la noche, tras ser abandonada por el traficante de personas que los acompañaba en la Central de Mayoreo (Cenma) en la zona 12.

La entrevistada es una de las pocas haitianas que habla español, explica que logró dominar el idioma porque vivió tres años en Santiago de Chile; en su país de origen no pudo continuar viviendo, por la inseguridad y la pobreza.

Debido a las políticas de endurecimiento contra migrantes haitianos, Rosario salió de Chile el 13 de abril y llegó a Guatemala, donde no pudo continuar su viaje; su destino final era México, indica.

Rosario, es una de las 145 migrantes interceptadas el sábado en el Cenma. En ese grupo también iban personas de Cuba, Angola, Eritrea y Camerún, entre ellas 19 niñas y niños. Todos ellos ingresaron al albergue de Migración, según los datos de esa institución.

De acuerdo con las personas entrevistadas que hablan español, adentro del albergue hay enfermedades respiratorias en menores de edad principalmente, y denunciaron que los trabajadores de Migración fuman, lo cual afecta la salud; además hay hacinamiento.

Ayer, delegados de Migración les indicaron que debían abordar los buses para llevarlos a Honduras, pues no podían permanecer en Guatemala, sin embargo, muchos de ellos se opusieron y eso provocó un enfrentamiento con la Policía Nacional Civil (PNC).

Ante esta situación, no lograron entrar al albergue y este día permanecían en las banquetas, mientras tanto, personas como la maestra Norma Maritza Ramos, vecina del albergue y otro dueño de una cevichería, abrieron las puertas de su casa para brindar apoyo y evitar que estuvieron en la intemperie.

Los migrantes dijeron que únicamente desean que Migración les conceda un permiso de diez días en Guatemala; están preocupados porque ya no tienen dinero para continuar su viaje.

“Solo necesitamos ese permiso. Somos iguales que ustedes, personas de carne y hueso. La diferencia solo es el color de la piel”, dijo otro migrante entre lágrimas.

¿QUÉ DICE MIGRACIÓN?

Alejandra Mena, portavoz de Migración, explicó que de los 145 migrantes, aún permanecen 56 en el albergue. Agregó que el personal de Migración no fuma pues está prohibido, “en algunos casos los migrantes llevan los cigarros escondidos”, señaló Mena.

A la portavoz de Migración se le consultó sobre la posibilidad de otorgarle el permiso a las personas migrantes, pero se limitó a responder: “Se actuó conforme a lo establecido en el Artículo 193 literal f del Código de Migración: ingresar al país por puestos no autorizados o no tener prueba de que ingresó regularmente; asimismo en el artículo 64, se indica que: el incumplimiento de las personas extranjeras en Guatemala, genera responsabilidad administrativa y permite solicitar el abandono inmediato del país, o en caso justificado determinar su expulsión”.

Artículo anteriorLocalizan otra avioneta
Artículo siguienteSala confirma arresto domiciliario a favor de tres diputados