Por Jesús Abalcázar López
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No tiene ninguna lógica hablar de democracia en Guatemala, porque aquí no existe una auténtica democracia, sino solo un Estado cooptado por el Sistema, el cual es el mismo Estado, es decir, que esto es una aberración del concepto “Democracia”. Claro, porque, aunque la democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo mismo, al que se llega por medio del ejercicio electoral, esto, es falaz porque no se cumple. Tampoco debemos pasar por alto que en nuestro país “el sistema político, es el controlador absoluto del poder del Estado”, en beneficio de sus mezquinos intereses de corrupción e impunidad, lo cual significa que gobiernan los políticos y el sistema, más no la representación digna y real de los intereses del pueblo, como expresión del bien común, el Estado de Derecho, la transparencia, los derechos individuales y la justicia.
Abundan los ejemplos de la barbarie política que se vive en Chapinlandia, donde no hay como lograr el recto derrotero de la democracia, debido a que no hay instancia donde acudir, debido a que todas las puertas que se podrían tocar, están cerradas con las llaves de la corrupción y la impunidad, a las que solo los corruptos tienen acceso y solo ellos las pueden abrir y cerrar a su antojo y conveniencia, porque detentan El Poder del Estado, por medio de la Corrupción y la Impunidad, que ostentan juntas. La misma Ley Electoral, contiene los elementos necesarios para que la situación del sistema prevaleciente se mantenga y con ello la corrupta clase política, de siempre, se mantiene detentando el poder, y al mismo tiempo se mantiene el latrocinio descarado de los fondos del Estado, conservando en la miseria la población, con inseguridad, desempleo, abandono y hambre.
Es increíble qué, por la política sucia y corrupta de los políticos enquistados en el poder, sea materialmente imposible cambiar las cosas en Guatemala, donde la república en un mito, aquí no hay independencia de poderes, aquí no hay pesos ni contrapesos que le den un balance y equilibrio al poder, aquí solo se quiebra la piñata de la corrupción, para el enriquecimiento de los únicos invitados, que son los impunemente corruptos, que detentan el poder de la nación. Aquellos que no permiten ningún cambio que ponga en peligro su parasitismo endémico y su hartazgo de la riqueza del erario nacional.
Los impunes corruptos son los que tienen el poder desde hace décadas y tienen de rodillas a la población, puesto que aquí no hay seguridad ni justicia, con la nefasta consecuencia de cientos y miles de muertes a manos de la delincuencia organizada, el narcotráfico y los mareros. Porque, mientras los políticos le sacaban provecho a la impunidad, los delincuentes se especializaban en la extorción y se han dedicado a cometer los crímenes más repugnantes, dignos de bestias, más no de hijos de Dios. Y, mientras tanto, buen número de funcionarios se repartían el poder en los tres organismos del Estado, y además, compartían la impunidad de estar exentos de que se les pueda aplicar la justicia, porque todo lo manejan ellos, debido a los favores que les deben los usufructuarios de los puestos claves.
*Periodista de la APG.