Gladys Monterroso

licgla@yahoo.es

Abogada y Notaria, Magister en Ciencias Económicas, Catedrática de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de San Carlos de Guatemala, Diploma otorgado por la Corte de Constitucionalidad en 2005, como una de las Ocho Abogadas Distinguidas en Guatemala, única vez que se dio ese reconocimiento, conferencista invitada en varias universidades de Estados Unidos. Publicación de 8 ediciones del libro Fundamentos Financieros, y 7 del libro Fundamentos Tributarios. Catedrática durante tres años en la Maestría de Derecho Tributario y Asesora de Tesis en la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

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Gladys Monterroso
licgla@yahoo.es

“Leyes hay, lo que falta es justicia”. Ernesto Mallo.

A casi un paso del día de las elecciones, se ha acentuado el poder que tienen las resoluciones judiciales sobre el sistema político, hecho que nos debe hacer reflexionar sobre la importancia de identificar quiénes conforman el Sistema de Justicia, desde el notificador hasta el juez o el magistrado, derivado de que en sus manos se encuentra la decisión final sobre la permanencia de un candidato a los cargos de elección popular.

Coincido con la mayoría de las resoluciones, emitidas por los diferentes representantes de la ley, más no con todas, no por filiación o afinidad política, discrepo de algunas de ellas porque aprecio que no se ha cumplido estrictamente con lo que establece la ley, apelable no en todos los casos, por lo que considero que jueces, fiscales y magistrados deben prepararse concienzudamente antes de las elecciones, no solamente en la legislación electoral, también en otras, derivado de que cada cuatro años, se entrelazan todas las áreas del derecho con el electoral, para establecer en última instancia sobre la idoneidad de un candidato determinado.

Estimo que no se trata de que la política se haya judicializado, significa que el derecho de defensa que tienen los candidatos, no siempre utilizado adecuadamente, porque sin sustento un juez no puede dictar una resolución favorable, también el ciudadano tiene derecho a utilizar los medios que le otorga la ley y la Constitución para oponerse a una candidatura.

Todo lo anterior parece teoría y en cierta forma lo es, porque ni unos ni otros, utilizan adecuadamente y con mesura, el sistema jurídico para depurar de alguna forma el proceso electoral, tanto los candidatos como los representantes de determinados intereses, y uno que otro soñador mal utilizan tanto la Constitución como la ley ordinaria para llevar agua a su molino, y sacar o entrar forzadamente, tomemos en cuenta que si es forzado, existe una valla que se ha de saltar.

Actualmente se encuentra en constante crecimiento, el ordenamiento penal derivado de la constante creación de tipos penales, que anteriormente eran conocidos por otras áreas del Derecho, criminalizando actividades que no eran propias del Derecho Penal, trayendo como consecuencia un excesivo celo en relación a los diferentes y en crecimiento tipos penales, lo que influye en presentar denuncias constantemente y muchas veces sin fundamento sustentable, para dañar a las personas que de alguna forma molestan a quienes denuncian o querellan, a toda esta nueva área del derecho penal, se le conoce como Derecho Penal del Enemigo, que con la constante creación por medio de los legisladores de diversos delitos, sumado al desconocimiento casi generalizado por parte de los diputados de que es la ley, el silogismo jurídico, y las lagunas que puede contener una nueva norma, nos encontramos con que todo es penal, porque todo ha sido criminalizado.

Sumado a lo anterior la corrupción galopante en nuestro país, que no para desde las más bajas esferas en la que actúan los ratones, y se auto eliminan constantemente, llegando a las más altas, en las que se encuentran los verdaderos dueños del poder, que no son gatos, son tigres de bengala, y que saben llegar y ponerle precio a un alto porcentaje de funcionarios y candidatos.

Sumada a lo antes expuesto, la desinformación, la falta de contenido de las noticias, las mentiras disfrazadas de verdades, los perfiles falsos, las noticias falsas, el poco conocimiento de nuestra sociedad de la ciencia de la política, y como guinda del pastel la utilización de los tribunales para deshacerse del enemigo político, o mostrarse como ovejas cuando en realidad son lobos, el resultado es la inconformidad de la sociedad.

El gobierno de los jueces se ha pronunciado, porque los han invocado para sacar a unos, que otros se mantengan, y otros más entren, no siempre acertadamente.

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