Félix Loarca Guzmán
Conforme pasan los días en Guatemala, crece más la incertidumbre electoral por la proliferación de candidatos presidenciales, la superficialidad de sus propuestas, el denominador común de que casi todos ellos son de tendencia conservadora, además del repunte de la violencia política.
Mientras ese fenómeno se produce en nuestro país, en el extranjero hay mucho escepticismo por las elecciones generales del próximo 16 de junio, en las cuales participarán más de veinte partidos políticos de poco o ningún respaldo popular.
La periodista sudamericana Itzamná Ollantay, escribió un artículo muy interesante mediante el cual recuerda que “si existe en América Latina un país más vapuleado y humillado por el intervencionismo norteamericano, durante el pasado y presente siglo, ese país es Guatemala”.
Señala que hasta ahora ningún partido político plantea la necesidad de revisar o auditar el letal sistema neoliberal vigente. Mucho menos cuestionan el intervencionismo extranjero, que con su financiamiento y asesoramiento colapsó a todas las instituciones públicas del país.
Agrega que “En Guatemala el resultado de las próximas elecciones ya está decidido desde antes de la convocatoria”. El intervencionismo extranjero tiene alrededor de 20 partidos, con sus candidatos “probos” en acción. Y uno de ellos seguirá implementando el saqueo neoliberal, y afianzando la dependencia externa en este país del eterno Viernes Santo.
La autora del artículo sostiene que en estas elecciones, como tampoco en el pasado, el sistema neoliberal, ni el intervencionismo extranjero, son asuntos de debate, ni por los partidos políticos socialdemócratas, la izquierda, mucho menos por la derecha. Dice que este performance “electoral”, llegó al grado que un candidato de la izquierda (uno de los más potables) afirmó: “Nosotros no planteamos, ni debatimos ideologías, planteamos soluciones a los problemas cotidianos de la gente”.
La periodista Ollantay explica que Guatemala es un país tropical con abundantes tierras fértiles y agua dulce que podrían saciar el hambre y la sed de toda Centroamérica. Pero, es el país, en este momento, más empobrecido y desnutrido de toda América Latina, después de Haití.
Subraya la condición de Guatemala como víctima del colonialismo continuado que no es tanto en lo material (ocupación, despojo, golpes de Estado, etc), sino a nivel moral, espiritual o intelectual en las grandes mayorías de la población. En el imaginario colectivo del guatemalteco humillado, indígena o no, se configuró y afianzó la creencia de que “Nuestro redentor vendrá del norte del continente”.
Finalmente señala que todo está bajo control para evitar que los resultados electorales sean favorables al partido de los campesinos identificado como Movimiento de Liberación de los Pueblos, (MLP), cuya principal bandera es “la nacionalización de todo lo privatizado” y el proceso constituyente popular y plurinacional para la creación del Estado Plurinacional. Su triada ética es austeridad (disminuir salarios a funcionarios públicos), transparencia (quitar el secreto bancario para funcionarios públicos) y honradez (quitar el derecho de antejuicio para funcionarios).