Cartas del Lector

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Walter Juárez Estrada

Es coherente y oportuna la declaración de la Conferencia Episcopal de Guatemala en la antesala de las elecciones generales, exhortando a la ciudadanía que esté atenta a los que aspiran a puestos públicos tengan idoneidad moral y capacidad política para evitar que personas sin esas virtudes, lleguen al poder como ha sido en los últimos procesos, que políticos de viejo cuño han dirigido la administración pública, muchas veces de manos de narcos, afianzándose en la Presidencia, el Organismo Judicial, las alcaldías y el Congreso que promulga leyes sin ninguna consistencia.

La CEG.es una entidad apolítica, creíble no recibe dinero de manos sucias, sus integrantes son de acrisolada honradez que luchan por la pobreza y le tiende la mano al menesteroso, sin recibir nada a cambio, virtudes que no tienen los políticos, que engañan al pueblo con mentiras. El pronunciamiento de esa entidad, es oportuno en la víspera de las elecciones del l6 de junio, donde el guatemalteco de a pie, está indeciso cuando 24 candidatos al Ejecutivo -la mayoría sin plan de trabajo- que dé la seguridad que el año entrante. Guatemala va a tener un cambio, pero se duda que esas promesas se cumplan, es necesario que el futuro Presidente, sea un estadista que no engañe con ofrecimientos solitarios, una lámina y que todo va a tener un cambio, por esa razón los obispos ponen en alerta a los guatemaltecos para que no sean engañados.

La Conferencia Episcopal de Guatemala dice puntualmente que… “los vicios de la política” ponen en peligro la paz social, la desigualdad, obligando a una emigración forzada de miles de guatemaltecos que son engañados por la iniciativa privada que hace llamados a desempleados para darles ocupación exigiéndoles como condición “experiencia” requerimiento que es ridículo, porque no se les da oportunidad para desarrollar sus habilidades, viéndose forzados a emigrar, exponiéndose a la muerte o su deportación.

El pueblo debe abrir los ojos a tiempo, razonar a la hora de emitir el voto y recordar la recomendación de esa institución religiosa, cuyo único interés es que el país, salga de ese marasmo y romper los lazos de la corrupción que por décadas por malos gobiernos el ciudadano no progresa, es oportuno insistir en hacer una limpia total de malos magistrados, diputados y alcaldes que se han aferrado a las corporaciones, engañando al vecino que exige que no falte agua potable y otras necesidades recurrentes y necesarias.

El actual proceso electoral tiene una serie de exigencias y restricciones que deben cumplir los aspirantes a puestos públicos y obliga al Tribunal Supremo Electora, hacer cumplir la ley. Los observadores internacionales, deben dar fe que hubo un proceso limpio, pero es el guatemalteco el que debe rechazar los ofrecimientos si es atrapado por los políticos financiados debajo de la mesa por los narcos, por supuestos que es a él – al que se le debe pedir rendimiento de cuentas.

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