Georginio Wijnaldum (centro de Liverpool) festeja tras anotar el cuarto gol de su equipo ante Barcelona. Foto la hora: Peter Byrne/PA /AP.

Por STEVE DOUGLAS
LIVERPOOL, Inglaterra
Agencia (AP)

Los jugadores de Liverpool se llevaron las manos a la cabeza. Al parecer, tampoco ellos comprendían lo que habían logrado.

Uno de ellos, James Milner, derramaba lágrimas. Y cuando el técnico Jurgen Klopp dejó de dar puñetazos jubilosos al aire, se paró frente al graderío conocido como The Kop y dejó que las ovaciones lo arroparan.

Liverpool cumplió con la más grandiosa de sus memorables remontadas para acceder a la final de la Liga de Campeones, al aplastar ayer 4-0 al Barcelona de Lionel Messi en Anfield con lo que revirtió un déficit de tres goles tras el partido de ida.

Divock Origi y Georginio Wijnaldum firmaron sendos dobletes para catapultar al club inglés a su segunda final seguida en la máxima competición europea. La cita será el 1 de junio en Madrid, a la espera de conocer el ganador de la otra serie entre Ajax y Tottenham.

Fue apenas la tercera vez en la historia de la Copa de Europa que un equipo le da la vuelta a un marcador de tres goles en contra tras la ida de una semifinal para instalarse en el duelo por el título. Los otros fueron Panathinaikos en 1970-71 y Barcelona en 1985-86. Nadie lo había hecho en la era de la Liga de Campeones.

La remontada asomaba como una quimera, dado que Liverpool se presentó sin dos de sus delanteros titulares, Mohamed Salah y Roberto Firmino.

¿Cómo fue posible entonces la goleada que significó la clasificación con un global de 4-3?

En lugar de Salah y Firmino, el paladín de la noche fue Origi, autor del gol crucial a los 79 minutos para hacer posible lo que parecía imposible. Y precisó de la notable picardía de Trent Alexander-Arnold, quien fingió alejarse del punto de córner para de inmediato darse la vuelta y filtrar un centro bajo que pilló a los jugadores del Barcelona tomándose la siesta.

Origi apareció para empalmar con la pierna derecha.

Dado el rival, un equipo con un Messi considerado por muchos el mejor futbolista de los todos los tiempos, ésta debe encasillarse como la mayor epopeya europea de Liverpool, al menos a la par de la remontada de tres goles ante el Milan en la final de la Liga de Campeones en 2005.

También está la victoria por 3-1 sobre Saint-Etienne en la final de la Copa de Europa en 1977 y el triunfo por 4-3 tras ir perdiendo 2-0 ante Borussia Dortmund en los cuartos de final de la Liga Europa de 2016.

Para el Barcelona, fue el segundo año sucesivo que dilapida una ventaja de tres goles: le ganó 4-1 a la Roma de local en los cuartos de final en 2018 para luego capitular 3-0 en la vuelta y quedar fuera.

Las dos eliminaciones en la “Champions” quedan como las manchas en la gestión del técnico Ernesto Valverde, cuyo equipo aseguró recién la coronación en La Liga española por segundo año consecutivo y habrá de disputar el 25 de mayo la final de la Copa del Rey ante el Valencia.

En la previa del partido, Klopp dio una arenga a sus jugadores, rogándoles “caer con gloria” en caso de que fueran eliminados.

Aceptaron el reto. Y su premio fue mucho mayor que una derrota digna.

Salah, el máximo goleador de Liverpool que se perdió la cita por tener que cumplir el protocolo tras sufrir una conmoción, acudió al estadio con una camiseta estampada con la consigna del momento: “Nunca Te Rindas”.

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