Raúl Molina
Recibí el comunicado de la Red por la Paz y el Desarrollo de Guatemala (RPDG), de la cual soy directivo, con su posición frente al proceso electoral. Refleja la indignación de los más de 3.5 millones de personas guatemaltecas en el extranjero. Citamos: “La RPDG, después de años de lucha por lograr el voto en el extranjero, lamenta que el Poder Legislativo de Guatemala haya aprobado el voto en el exterior de una manera simbólica y cercenada: una minoría de migrantes residentes en Estados Unidos podrá votar únicamente en cuatro ciudades y solamente para Presidente y Vicepresidente. De acuerdo a los datos del Tribunal Supremo Electoral –TSE–, al vencerse el plazo para empadronarse, únicamente… 2 mil migrantes guatemaltecos que viven en los Estados Unidos y cerca de 60 mil que ya estaban empadronados, antes de haber viajado a EE. UU. se desconoce cuántos podrán ejercer este voto cercenado en una población de más de 3.0 millones de migrantes en ese país. Consideramos que este limitado derecho es una burla a las y los guatemaltecos en el extranjero que tenemos presencia importante en una veintena de países”. Agrego la acertada denuncia que se hace: “Denunciamos estas elecciones, una vez más, como inconstitucionales, por limitar el derecho a elegir y ser electo o electa al 15% de la población del país…”
No es señalamiento nuevo; lo hemos hecho desde 2008, cuando se hizo notar la alta cantidad de personas en el extranjero y el impacto creciente de nuestras remesas en la economía nacional. Dice el documento: “Recordamos la importancia en la economía nacional… al enviar $25 millones de dólares diarios, pese a la persecución que realiza la Administración de Donald Trump en contra de nuestros compatriotas”. Como migrantes, no dejamos de identificar grandes problemas nacionales y afirmamos: “Nuestro país, que es ya un Estado fallido, neocolonial y caótico, corre el peligro de seguir en su desastrosa declinación, a menos que se arrebate el poder político a la dictadura de la corrupción, en manos de Jimmy Morales y aliados. Por ello, pedimos a todas y todos los ciudadanos que sí puedan votar… que acudan a las urnas el 16 de junio, para castigar a las y los corruptos y elegir a personas capaces y probas”. La indignación migrante también está dirigida contra las fuerzas políticas en la contienda electoral, que no han tomado en serio la problemática en el extranjero. Por ello, se envía un cuestionario a las y los candidatos, para que se pronuncien sobre nuestros innumerables problemas y sus soluciones. Las respuestas nos ayudarán a orientar el voto en Guatemala.
Como guatemaltecas y guatemaltecos migrantes en los Estados Unidos y otros países donde se encuentra la diáspora guatemalteca, queremos cuestionar a todos los partidos políticos y sus candidatos a cargos de elección popular, para saber lo que piensan hacer en el próximo gobierno, no solamente si ganan la primera magistratura, sino que como compromiso expreso con la población guatemalteca en el extranjero, desde los cargos que obtengan. Posteriormente, haremos un cuestionamiento más global, sobre lo que se piensa hacer en todo el país y hacia el exterior.