Arlena Cifuentes
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Ante la diversidad numérica de partidos políticos en contienda, los guatemaltecos tendremos que elegir una vez más entre el candidato que consideremos es el “el menos dañino” o podríamos optar por el VOTO NULO, el voto blanco o la abstención ya que podemos prescindir de ejercer nuestro derecho al voto si el desencanto nos lleva a este extremo. La realidad es que una vez más estamos frente a una oferta electoral pírrica, pobre, sin opciones reales con candidatos que no inspiran la menor confianza, muchos reciclados. La oferta electoral es el reflejo de lo que realmente somos: una sociedad decadente y sin alternativas. Nuestro subdesarrollo se muestra precisamente en la cantidad de competidores y la ausencia total de alternativas viables.

Vivimos en un estado de negación permanente pues no queremos ver la cruda realidad en la que estamos inmersos. Preferimos cerrar nuestros sentidos y proseguir autoengañándonos con esperanzas vanas. Mientras no tengamos la valentía de aceptar que nuestra indiferencia e irresponsabilidad nos han llevado a cosechar lo que hoy estamos viviendo no podemos pensar en la transición de un Estado cooptado a un Estado democrático. Lo dicho por J. F. Kennedy “cada pueblo tiene el gobierno que se merece” es totalmente cierto en nuestro caso. No me cabe la menor duda que hoy tenemos lo que nos merecemos.

Nuestro pueblo se caracteriza por ser fácilmente manipulable. La necesidad, la pobreza y el desconocimiento de la población en las áreas marginales serán muy bien aprovechados por los politiqueros quienes haciendo gala de su mezquindad y de su falta de escrúpulos continúan ofertando todo aquello que se les ocurre, “el trueque” reaparece en cada contienda electoral, el voto a cambio de una lámina o una bolsa solidaria. También impera la confusión en las cabeceras departamentales, la gente letrada acepta estar confundida.

En la Reforma al Artículo 237 de la Ley Electoral y de Partidos Políticos, se instituye que “Será voto en blanco todo aquel que no represente ninguna marca o signo en la papeleta. Será nulo todo voto que no esté marcado claramente con una X, un círculo u otro signo adecuado… El voto nulo tiene una validez jurídica, a efecto de determinar la repetición de la elección”.

El Tribunal Supremo Electoral debió haber realizado una amplia campaña de divulgación que permitiera que la población se informara sobre el nuevo carácter que hoy tiene el VOTO NULO, ya que como en este caso específico existe desconocimiento y confusión sobre cómo utilizarlo. Además la complejidad que representará para el elector, como ya lo mencioné en otra oportunidad, la emisión del sufragio en sí, ante una papeleta conteniendo veinte o veinticuatro símbolos y rostros, resultando estos últimos en su mayoría hasta poco agradables a la vista.

En la Reforma a la Ley Electoral, en el Artículo 38 se establece: “Si el voto nulo obtuviere la mayoría requerida se repetirá la elección en los casos que procediere, efectuándose un domingo del mes de octubre del mismo año.” En el caso de que el VOTO NULO obtuviera mayoría, el mensaje contundente que la población estaría enviando a los partidos políticos y a las instituciones del Estado sería de un rechazo contundente ante la ausencia de opciones viables, con lo que el TSE se vería en la necesidad de anular dichas elecciones, debiendo repetirse estas en el mes de octubre con los mismos candidatos, lamentablemente.

Reitero, el voto nulo en la actualidad SÍ tiene validez. El gran vacío que no se previó en esta Reforma y que posiblemente se haya hecho a propósito es, que en el caso de repetirse la elección los partidos políticos proclamarán a los mismos candidatos.

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