Por PAUL WISEMAN
WASHINGTON
Agencia (AP)
El presidente Donald Trump amenaza con desplegar su arma favorita contra aranceles para apremiar a México, para que redoble sus esfuerzos para impedir el cruce de migrantes y drogas hacia Estados Unidos.
Retractándose de su anuncio inicial de cerrar la Frontera Sur de Estados Unidos, Trump dijo jueves y viernes que en su lugar impondría aranceles a los vehículos importados de México si no paraba el flujo ilegal de personas y narcóticos.
Los analistas afirman que el Presidente quizá tenga la autoridad legal para hacer efectiva su amenaza. Pero podría acarrearle un gran costo político, porque se arriesga a un revés en un Congreso ya receloso de sus agresivas políticas comerciales y pone en peligro el pacto comercial regional que su propio gobierno negoció el año pasado con México y Canadá. Además afectaría gravemente a la industria automovilística que depende de las cadenas de abastecimiento transfronterizas.
“Todo es un poco extraño, no es algo que hayamos visto antes”, dijo Gary Hufbauer, especialista en comercio del Instituto Peterson de Economía Internacional.
A continuación un vistazo a la amenaza de Trump y cómo podría desarrollarse:
¿CUÁLES SON LAS AMENAZAS DE TRUMP Y POR QUÉ?
Exasperado por su incapacidad para impedir que los migrantes entren ilegalmente en Estados Unidos, Trump declaró en primera instancia que cerraría la frontera con México. Sin embargo, los asesores de la Casa Blanca, autoridades de ciudades fronterizas, economistas y grupos empresariales han advertido que el cierre perjudicaría económicamente a los dos países, afectaría la oferta de bienes en ambos lados de la frontera y elevaría precios de todo, desde aguacates hasta vehículos.
Trump adoptó entonces una postura diferente. El viernes tuiteó que “… si por alguna razón México deja de detener y regresar a los ilegales a su lugar de origen, Estados Unidos se verá obligado a imponer aranceles de 25% a todos los vehículos fabricados en México y que nos envía por la frontera. Si esto no funciona, aunque si funcionará, cerraré la frontera”. En la actualidad, los vehículos fabricados en México ingresan en Estados Unidos libres de impuestos.
¿TIENE LA AUTORIDAD PARA HACERLO?
Legalmente, sí. “Puede hacer lo que se le venga en gana”, declaró Hufbauer. A lo largo de los años, el Congreso ha cedido gran parte de su autoridad constitucional al presidente en temas de política comercial de Estados Unidos.
Trump puede declarar que determinadas importaciones amenazan la seguridad nacional y gravarlas de acuerdo con la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial de 1962, lo que ya hizo contra el acero y aluminio extranjeros. Trump goza de amplias facultades de acuerdo con la Sección 301 de la Ley de Comercio de 1974 para aplicar sanciones a países implicados en prácticas comerciales abusivas, y las ha ejercido para imponer aranceles a importaciones chinas. La Ley Antidrogas de 1986 permite a Estados Unidos castigar con aranceles a países que no cooperen en la lucha contra el narcotráfico. Y la Ley de Facultades Económicas en Casos de Emergencia Internacional de 1977 autoriza al presidente a declarar una emergencia nacional e imponer sanciones económicas.
¿HABRÁ SECUELAS POLÍTICAS?
Con seguridad sí. El Congreso cedió el año pasado cuando Trump impuso aranceles a las importaciones de acero y aluminio, tras declararlas una amenaza a la seguridad nacional. Sin embargo, los legisladores ya se pusieron nerviosos por el uso agresivo que hace Trump de sus facultades y consideran impulsar iniciativas para recuperar parte de la autoridad que tenían.
“Se requiere mucho para mover al Congreso en estos temas”, dijo Philip Levy, alto miembro del Consejo de Chicago sobre Asuntos Globales que fue economista de la Casa Blanca durante el gobierno del presidente George W. Bush. “Los autos podrían ser lo que lo logre”.
El comercio de vehículos entre Estados Unidos y México es enorme, y la propuesta de Trump de imponer aranceles perjudicaría a las compañías estadounidenses que fabrican vehículos en México y los envían al norte. Estados Unidos importó de México el año pasado 52.600 millones de dólares en autos de pasajeros y 32.500 millones de dólares en autopartes.
“Su base y el Congreso le dieron mucha independencia sobre China y los aranceles al acero y el aluminio”, dijo Daniel Ujczo, abogado mercantil de la firma Dickinson Wright PLLC, en Columbus, Ohio. La amenaza de los aranceles “podría obligar al Congreso a impulsar una iniciativa que le permita recuperar autoridad frente al presidente en cuanto a aranceles, y quizá conseguirlo con una mayoría a prueba de veto”.
¿PERO NO CONCERTÓ TRUMP UN ACUERDO COMERCIAL CON MÉXICO HACE POCO?
Sí. El T-MEC. Los mexicanos, conscientes del gusto de Trump por los aranceles, negociaron protecciones para sus automóviles de los aranceles relacionados con la seguridad nacional de la Sección 232.
La protección, contenida en una llamada carta adjunta, ya está en vigor, aun cuando el Congreso de México no ha ratificado todavía el T-MEC. “En síntesis, este es el escenario preciso que el equipo negociador mexicano había pronosticado y del que garantizó protegerse en el T-MEC”, afirmó Ujczo. “México blindó su sector automotor de Trump y sus tuits”.
Trump lo ve de otra manera. El viernes, el presidente señaló que cualquier arancel “sobresee al T-MEC”.
Pero, ¿ratificará México el pacto comercial si Trump aplica aranceles de 25% a sus vehículos? Y ¿qué opinará China, que sostiene intensas conversaciones comerciales con Estados Unidos, de un gobierno que impone severas sanciones a un país con el que acaba de firmar un gran acuerdo comercial?
“¿Es conveniente alcanzar un acuerdo con alguien al que no le gusta respetar acuerdos?”, preguntó Levy. “En este momento lo importante no es el comercio, es la inmigración, las drogas”. Para Trump, “todas las preguntas tienen la misma respuesta: Necesitamos imponer aranceles”.