Juan José Narciso Chúa

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Guatemalteco. Estudió en el Instituto Nacional Central para Varones, se graduó en la Escuela de Comercio. Obtuvo su licenciatura en la USAC, en la Facultad de Ciencias Económicas, luego obtuvo su Maestría en Administración Pública INAP-USAC y estudió Economía en la University of New Mexico, EEUU. Ha sido consultor para organismos internacionales como el PNUD, BID, Banco Mundial, IICA, The Nature Conservancy. Colaboró en la fundación de FLACSO Guatemala. Ha prestado servicio público como asesor en el Ministerio de Finanzas Públicas, Secretario Ejecutivo de CONAP, Ministro Consejero en la Embajada de Guatemala en México y Viceministro de Energía. Investigador en la DIGI-USAC, la PDH y el IDIES en la URL. Tiene publicaciones para FLACSO, la CIDH, IPNUSAC y CLACSO. Es columnista de opinión y escritor en la sección cultural del Diario La Hora desde 2010

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Juan José Narciso Chúa

FUNDEFAM es una organización social sin fines de lucro creada por mi hermano de la vida Fredy Aquino, quien ha venido haciendo pespuntes pequeños pero seguros para concluir en un telar de ayuda significativa en grupos de población vulnerables, principalmente niños en edad escolar del ciclo de primaria, lo cual unido a sus raíces jalapanecas, lo llevó a adentrarse en dos espacios que ayer tuve la oportunidad y el privilegio de acompañar, para ver de cerca y con toda la crudeza del caso, esa realidad dual que nuestro país presenta como es la diferencia entre lo urbano y rural.

Acompañados por mis otros compañeros y amigos de toda la vida: José Reynoso, Chepe, Danilo Flores, Sanchi, Fredy Aquino, Selvin, Federico Mejía, Rosendo y quien suscribe esta nota Chicho, nos movilizamos temprano para Jalapa, en un viaje agradable por la compañía y el cúmulo de años de conocernos, 43 años en promedio, yo, por lo menos, no tenía la menor idea de lo que me iba a impactar esta jornada.

Arribamos a la cabecera de Jalapa temprano en la mañana, luego de una parada para tomar un café, pues Chepe nos proveyó de unos deliciosos panes y fruta en el camino, nos dirigimos al primer lugar, que era la Aldea La Paz, un territorio bastante seco, que se ubica a 45 minutos de la cabecera, en la iglesia de la Virgen de la Exaltación, en donde entregamos unos víveres y otras provisiones y pudimos platicar con miembros de la pastoral de dicha iglesia, intercambiamos dudas sobre el lugar, la historia de la aldea, el sustrato Xinca, sus proyectos de futuro, mientras nos convidaban a tortillas recién salidas del comal y otros alimentos.

De ahí nos movimos otro trecho de unos 25 minutos para arribar a la Aldea El Volcán, en donde visitamos la escuela pública del lugar, en donde FUNDEFAM ha hecho un trabajo de varios años, construyendo espacios para la cocina, la cancha, la pintura, una aula más, pupitres y otros materiales didácticos para dicho centro escolar. El propósito fundamental era premiar a los mejores alumnos en cada grado, así como entregar una canasta de víveres a la mamá de estos alumnos y luego sortear en cada grado una pelota.

Seguramente no era mucho, pero con poco se consigue tanto. Así lo hicimos. Fuimos recibidos por los maestros del lugar, los profesores Roli, Yoli, Mónica y otros que ahora olvido los nombres, quienes con mucho entusiasmo colaboraron con nosotros para visitar cada aula desde el primero hasta el sexto primaria, un centro escolar con alrededor de 172 alumnos, todos de origen Xinca, con caritas de demostración de gratitud, expectativa, pero con muestras evidentes de desnutrición en medio de sus sonrisas y algarabía.

También se entregaron canastas de víveres con las mamás de alumnos y luego concluimos la jornada con una refacción junto al profesor y el resto de maestras de la escuela, quienes con gran entusiasmo nos comentaban acerca de sus proyectos, en donde destaco el esfuerzo por recuperar el idioma Xinca, puesto que tanto en la iglesia como en la escuela nos comentaban que pocos contemporáneos lo hablaban y varios ancestros buscaban que no se perdiera.

Una visita imposible de olvidar, la vida lo lleva a uno a espacios que están relativamente cercanos de la capital, pero donde la distancia no es lineal sino profunda, lacerante y dolorosa de asimilar, pero igual nos dejó la inquebrantable voluntad de seguir apoyando estos lugares a través de FUNDEFAM, oportunidad que aprovecho para solicitar colaboraciones y apoyos como los mencionados en esta nota y para ello pueden comunicarse con Fredy Aquino, Presidente de FUNDEFAM al número 56323310. Con poco se hace mucho, ojalá se pudiera hacer más.

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