Francisco Cáceres Barrios
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Por lo visto tenemos de sobra candidatos presidenciales a escoger y también vicepresidenciales, diputados para el Congreso y para el Parlacen, como para alcaldes e integrantes de los concejos edilicios de sus respectivos municipios. Los tenemos de todas las edades, sexo, profesiones, ocupaciones y oficios; de derecha, centro e izquierda; los que por primera vez se han animado y los que por mucho tiempo lo han estado; los fieles a sus divisas partidarias y hasta tránsfugas que no han dejado pasar ninguna oportunidad, porque han sido del criterio que hueso es hueso, sin importar la procedencia del mismo.
Aclaro que este comentario no trata de describir las ideologías que sustentan los partidos y sus propuestas mucho menos, para proponerle o sugerirle por quién votar, porque ahora tendrá suficiente tiempo para analizar las características de cada quien y sobre todo, la trayectoria de cada uno de los políticos y sus partidos, pues si alguna característica tenemos los chapines es que nos conocemos bien y si tenemos alguna duda rapidito alguien surge para aclararla y hasta con las añadiduras del caso. Hay que reconocer también que ahora, los electores tendremos la gran ventaja de no contar con mucha publicidad en los medios de comunicación, la que por cierto nos volvía locos con tantas cancioncitas, promesas y ofertas, como si fueran jabones que al usarlos nuestra ropa la deja blanca ¡verdaderamente blanca!
En cambio sí reconozco tener un interés muy especial, en hacerle ver a los electores que ¡por el amor de Dios! Escojan a una persona de sólidos valores y principios y que no se les vaya a ocurrir pensar en un político inmaduro que pueda aparentar tener mucha seguridad, liderazgo y ser buen socializador pero, que a la hora de actuar, no sepa qué hacer, aunque sí exagere sus éxitos para esconder sus limitaciones. Por favor, analicen bien a su candidato para no seleccionar a otro que tema tomar decisiones, porque a la hora de hacerlo, lo hace impulsivamente a base de caprichos. Tómese todo el tiempo del mundo, pero no vaya a votar por alguien que vive echándole la culpa a otros de sus errores, pues él jamás va a admitirlos mucho menos sus consecuencias.
Por favor, tómese el tiempo necesario para no escoger otra vez a alguien que le gusta hacer solo lo fácil, pues lo difícil disuade su valentía. Usted ya sabe que quien aparenta contar con un optimismo extraordinario, luego pasa su temperamento a ser de un disgusto desmedido y de ahí provienen los berrinches. No olvide que a los que les gusta sentirse admirados les provoca mejorar su autoestima que por lo regular la mantienen baja, pero sin olvidar que los inmaduros son como los niños, que hacen de todo, con tal de llamar su atención. Finalmente, usted se la sabe todas. Ha tenido cuatro años para no volver a cometer el mismo error que nos ha causado tanta frustración a todos.