Por Rolando Alfaro A.
En artículo recién escrito, señalamos la inmensa peligrosidad que persiste en la ciudad y carreteras por la falta de control del tránsito, produciéndose graves accidentes y luto en las familias. Y, es que no se trata sólo de señalar errores o aplicaciones a la ley de tránsito, o, sus reglamentos.
El problema, sin duda, es una falta total de educación vial, y un mejor desenvolvimiento de las personas o autoridades de aplicar sanciones a los infractores. Tan solo acaban de pasar unos días y se siguen anunciando por los medios de radio y televisión de más muertes por no manejar con prudencia.
Por otra parte, es imperiosa una alta educación por todos los medios de comunicación social, acerca de la forma en que se debe manejar en nuestro país. Ello, sin excusa y sin pretextos.
A lo anterior, se debe agregar que deberían ampliarse las policías de tránsito y quizás crear un batallón especializado en vigilar y sancionar a los pilotos que manejen en estado de ebriedad, con excesiva velocidad, escapes abiertos, humo negro, etc. De lo contrario no nos quejemos de que sigan las tristes noticias de pérdidas de vidas humanas.
Otra falla en los encargados de velar por lo últimamente escrito, resulta que ni los pasos de peatones se logran divisar porque se han borrado.
Asimismo, la contaminación del tránsito no para, pudiéndose evitar enfermedades broncopulmonares, sorderas y otra clase de daños.
Sería muy del caso que las entidades de Bienestar Social, Facultades de Ciencias Jurídicas y Sociales y de Sanidad organizaran conferencias ´para ilustrar a las nuevas generaciones de las enfermedades que les podrán asediar debido al desconocimiento del avance de la contaminación de toda clase en centros urbanos y rurales que en nada, reiteramos, podrá augurarles buena salud si se persiste consintiendo a los contaminadores a envenenar toda la República de Guatemala.
Obras son amores y no buenas razones. Salvo que los habitantes del territorio nacional persistan en ignorar lo que tanto se ha trabajado por mejorar su entorno humano.
Finalmente, por este medio hacemos un llamado de atención a los interesados en mejorar el ambiente, antes de que sea demasiado tarde.