Pedro Pablo Marroquín Pérez
pmarroquin@lahora.com.gt
@ppmp82
El día lunes estuvimos invitados algunos periodistas a un desayuno con la fiscal general Consuelo Porras y su equipo de trabajo, donde presentó el nuevo modelo de gestión del Ministerio Público (MP) en el que trabajaron, según explicaron, desde que asumieron en mayo del año 2018.
El MP, como todas las instituciones del Sector Justicia, tienen una enorme mora judicial porque no hay que olvidar que en Guatemala los políticos y los grandes tomadores de decisiones del país han permitido el socavamiento, secuestro y cooptación de la justicia porque así estimaban que eso les evitaría llegar a la rendición de cuentas que inició en 2015 y por esa misma razón es que se han opuesto a las reformas al Sector Justicia.
Todo lo anterior ha pasado con la cómplice mirada ciudadana y si lo que presentaron en papel como el nuevo modelo funciona, para Guatemala sería un gran logro. El modelo presenta un sistema en el que quien investiga también litiga y yo le pregunté a la Fiscal General sobre los análisis que hicieron para asegurar que las investigaciones no estuvieran detenidas mientras los fiscales están en las audiencias de las diversas fases del proceso o el mismo debate, pero solo se limitó a decirme que hicieron los análisis.
Esto es un tema de país y, sobre todo, en un momento en el que Guatemala se juega su futuro y por eso, lejos de desear un fracaso, ojalá funcione porque hay mucha gente en este país que desde hace décadas está esperando que la justicia les quite un poco del dolor que algunos han causado y que ha quedado en impunidad. Me preocupa que pueda haber poca operatividad, pero eso se irá viendo en el camino.
Y así como hay ciudadanos en particular que necesitan que la justicia funcione, el gran grueso de la población también, porque la sensación sigue siendo que los esfuerzos pro impunidad en el país son la nueva gran inversión de muchos que quieren, sueñan y trabajan por una Guatemala como la del pasado, en la que no solo financiaban sino que además prestaban a sus ejecutivos para que fueran asesores del Presidente al tiempo que se mantenían en planilla, en la empresa.
El nuevo modelo debe empezar a dar fruto en delitos comunes y debe empezar a dar fruto en las investigaciones de oficio que ha anunciado la Fiscal General porque siempre ha quedado la duda, al menos a mí, de si esas se anuncian simplemente como un decir y, bajo el nuevo modelo de gestión, no habrá certificaciones de lo conducente para actuar ante las claras flagrancias.
Consuelo Porras mencionó el caso del aeropuerto y el Fiscal de CICIG, y aunque en efecto actuó para que entrara sentando un precedente para la historia, solo quedaron procesados dos trabajadores de migración, quienes estaban recibiendo órdenes de una clara cadena de mando que llega hasta arriba del Gobierno, al punto, de que el Ministerio de Gobernación se movió en un inicio para procurar la defensa de los detenidos. Su postura sobre el tema de CICIG (que debe llegar hasta septiembre) sigue causando muchas dudas que ojalá se puedan aclarar.
Quien quiera que esta gestión del MP fracase es un aliado de la impunidad y gracias a Dios ese no es mi caso, pero estoy convencido que si alguien necesita una actuación que no tenga tantos grises, que no genere tantas señales encontradas, es Consuelo Porras porque no habrá agenda de mínimos, no hay chance de avanzar económicamente, si no rompemos las bases de impunidad y corrupción sobre las que edificaron la era democrática.