Marco Trejo

La vida es una caja de sorpresas y todo en este mundo tiene un final. Mi padre Marco Tulio Trejo Paiz, quien fue el autor, hace más de 50 años, de esta columna se nos adelantó en el camino de la vida, dejando un legado para su familia y sobre todo para Guatemala porque siempre soñó con una mejor nación, con niños y niñas estudiando, hospitales equipados y suministrados, escuelas en buen estado, carreteras en óptimas condiciones, pero sobre todo gente capaz dirigiendo los destinos de las nuevas generaciones.

Mi padre sé que tuvo muchos errores en esta vida, qué mortal no los tiene, pero le reconozco muchísimas virtudes, sobre todo ese amor que sentía por su patria, tierra que lo tuvo, por más de 95 años, como un fiscalizador de la administración pública y de esos politiqueros que nos tienen al borde de un Estado fallido.

Su paso por el Diario La Hora, más de 30 años, si mal no recuerdo fue importante para su carrera periodística, se inició allí como reportero de la fuente del Ejecutivo y luego se convirtió en un generador de opinión pública, tiempo en el cual abordó muchos temas de interés nacional e internacional.

Por esa razón es que quiero aprovechar para agradecer a la familia Marroquín, por el tiempo que lo acogieron para expresarse como columnista de este prestigioso medio de comunicación, que ha tomado realce con trabajos de investigación como el caso de Samuel Morales, hermano del Presidente de la República, quien por influencias logró limpiar los antecedentes policíacos aún con un proceso judicial pendiente de dilucidar.

No tengo más palabras para decir lo que significa mi padre, lo que me enseñó y me transmitió como ejemplo de vida, no sé si lo hice bien o mal, pero sí puedo decir que él trató que su familia esté integrada por personas valiosas para la sociedad, una sociedad golpeada, con el actuar de un grupo de politiqueros que viven a costillas de los impuestos que tributamos los guatemaltecos.

Estoy seguro que don Marco Tulio está en un lugar mejor, no lo dudo y por eso es que me siento satisfecho con lo que compartí con él toda mi vida, fue fundador de varias entidades de prensa y siempre fue un férreo defensor de la Libertad de Prensa.

En sus inicios como reportero formó el radioperiódico La Opinión, el cual mantuvo al aire por más de 30 años, donde sostuvo una serie de batallas mediáticas con funcionarios de esa época, incluso logró salir airoso, en un juicio de imprenta, donde fue acusado, por un ex director de la extinta Policía Nacional (PN), de calumnia, mentira e injuria.

Sé que mi padre siempre llevó la secuela de la muerte de mi hermano Verner Roswald Trejo Alvarez, quien es uno de los periodistas desaparecidos durante el Conflicto Armado Interno, pero estoy seguro de que lo asimiló, antes de partir de esta tierra, porque investigamos los expedientes que hay en el archivo policial de ese entonces y logramos conocer muchas cosas nuevas del caso.

Como el espacio no es de hule, tengo que sintetizar todo lo que podría escribir de un hombre de la pluma, y solamente me toca decir que muchas personas me han transmitido su sentir y pensar de lo que significó para Guatemala Marco Tulio Trejo Paiz y puedo concluir que me siento orgulloso de llevar su sangre en las venas, porque estoy seguro que fue un hombre que le aportó mucho a su querida Guatemala.

Cartas del Lector

post author
Artículo anteriorAsier Vera: Hice el acompañamiento para sentir que significa migrar
Artículo siguienteAgua: otra extorsión municipal