Mynor Alejandro Alonzo Mencos
En las zonas urbanas de Guatemala, el ideal de una “buena vida” se enmarca bajo el concepto del éxito capitalista, vinculado con tener capacidad de consumo y de acumulación de riqueza material en las mayores proporciones posibles. Sin embargo, diversos pueblos originarios de América y algunos gobiernos de Sudamérica han estado promoviendo el «Buen Vivir» como alternativa al consumo insostenible de recursos.
En un planeta de recursos limitados, el neoliberalismo promueve una economía que busca el enriquecimiento ilimitado basado en el consumo constante de productos desechables. Esta situación es a todas luces insostenible y pone en riesgo la conservación y reproducción de la vida en la tierra.
Para poder sostener el modelo de acumulación de riqueza, el capitalismo segmenta las sociedades en función a su papel dentro del sistema: El adinerado invierte y dirige el “desarrollo” (pensando únicamente en acumular más), la clase media realiza tareas técnicas/profesionales al servicio del “desarrollo” (mientras consume todo lo que puede creyendo que llegará a ser adinerado) y las clases obreras/campesinas trabajan día y noche para extraer o procesar los recursos (apenas sobreviviendo para no elevar los costos de producción).
Para que cada persona cumpla su rol dentro del modelo capitalista, es necesario que todos aspiren a lograr más de lo que tienen: El adinerado aspira a ser el mejor de su grupo, la clase media aspira a ser adinerada y el obrero/campesino debe aspirar a ganarse el cielo después de la muerte (razón por la que algunas religiones se convierten en el complemento perfecto de la dominación del capital).
La constante e ilimitada búsqueda por tener más facilita que proyectos políticos mediocres, con discursos populistas y financiados por los mismos grandes capitales que nos tienen en crisis, ganen a través del marketing el derecho a gobernar. Por lo que al llegar al poder no hacen más que responder a sus financistas y profundizar la crisis.
Para salir de ese círculo vicioso es necesario que nos tracemos el ideal de vida que como sociedad queremos promover para quienes habitemos Guatemala. Un ideal que asegure vida digna pero que lo haga de manera sostenible con el medio ambiente y sin afectar el bienestar de otras personas.
Países como Bolivia y Ecuador decidieron adoptar el concepto del «buen vivir», derivado de la visión de varios pueblos originarios de América, como el ideal que el gobierno debe procurar a la población y como una filosofía que busca asegurar la dignidad, felicidad y sostenibilidad de la vida.
Si bien el «buen vivir» es un concepto mayormente adaptado a pueblos originarios y/o comunidades rurales, se hace necesario que en las zonas urbanas de Guatemala empecemos a construir alternativas de vida sostenibles y armoniosas con la naturaleza. Construyamos una sociedad que priorice la dignidad de las personas antes que el enriquecimiento de algunos pocos.