Edith González
El consumo excesivo de alimentos tiene un impacto negativo sobre la cognición al alterar las vías cerebrales que evolucionaron para responder a la escasez de alimento.
Mark P. Mattson
Según dicen las estructuras cerebrales y las redes neuronales que se relacionan con la toma de decisiones, la socialidad y la creatividad evolucionaron, para permitir el éxito en la adquisición de alimentos, pero en la actualidad están relativamente desconectadas en el contexto de la disponibilidad continua de alimentos.
Y considera que la obesidad perjudica la cognición y aumenta el riesgo de algunos trastornos psiquiátricos y demencias. La obesidad materna y paterna predispone a los hijos a los malos resultados cognitivos. Sin embargo el ayuno intermitente y el ejercicio son formas de estimular la salud cognitiva de las generaciones actuales y futuras.
Comer tres comidas ricas en energía y bocadillos todos los días sin el esfuerzo físico requerido fue inusual en la evolución. Las nuevas ideas sobre los mecanismos de conocimiento surgen cuando descubrimos cómo la escasez de alimentos impulsó la evolución del cerebro y cómo la ingesta de energía alimentaria afecta las trayectorias cognitivas.
Nuestros antepasados humanos evolucionaron en entornos con poca disponibilidad de alimentos y experimentaron períodos prolongados de escasez, teniendo que superar a sus competidores.
La mayor expansión del cerebro humano coincidió con la ingesta de dietas altas en calorías (por ejemplo, carne y cocina). La cooperación en la adquisición de alimentos y el intercambio de la evolución de la sociabilidad y la vida en grupos grandes se asocia con otros factores contribuyentes a la evolución de cerebros grandes con repertorios cognitivos avanzados.
Las primeras herramientas utilizadas por nuestros antepasados humanos se crearon con el propósito de la adquisición y el procesamiento de alimentos. Estos incluyen piedras, lanzas y arcos y flechas, el fuego, la rueda y la domesticación de animales y plantas.
En la actualidad los alimentos los adquirimos en el súper, sin mayor esfuerzo debido a la inmensa cantidad de marcas y diversidad de sabores, colores y tamaños. Muchos de ellos procesados con ingredientes químicos para darles más sabor lo que crea adicción al consumo. Por ello las dietas que proponen lo natural están teniendo mucho éxito. Tanto como los gimnasios que simulan la vida antigua: empujando, jalando, cargando y no digamos los deportes al aire libre, teniendo mucho auge y de moda las carreras.
Y a propósito, el domingo 3 de marzo es la carrera McDonald’s en apoyo a sus programas de ayuda como Las Casas Ronald que albergan a familiares de niños que deben pasar tiempo en los hospitales, y cuya compañía les ayuda a recuperarse mejor y más pronto. Así que ponte tus tenis y a entrenar, para participar, mejorar tu cuerpo y tu mente y atender a quien necesita de tu ayuda. ¡Ahh!… y mejor si lo haces entre familia y amigos.