MADRID
Agencia DPA/ (Europa Press)
A pesar de la suposición común de que los refugiados y los migrantes transmiten enfermedades infecciosas a la población de acogida, los datos muestran lo contrario, asegura un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que califica dicho riesgo de «muy bajo».
Esta es la conclusión principal del primer “Informe sobre la salud de los refugiados y migrantes en la Región Europea de la OMS”, publicado este lunes, en colaboración con el Instituto Nacional Italiano de Salud, Migración y Pobreza (INMP), y que resume la última evidencia disponible a partir de una revisión de más de 13,000 documentos.
El informe muestra que tanto inmigrantes como refugiados tienen buena salud general, pero pueden correr el riesgo de enfermar durante la transición o permanecer en los países receptores debido a las malas condiciones de vida o los ajustes en su estilo de vida, es decir que su riesgo de caer enfermos aumenta durante el viaje o en el país de destino.
Es en ese viaje cuando pueden tener tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades infecciosas debido a su exposición a las infecciones, la falta de acceso a la atención médica, la atención interrumpida y las malas condiciones de vida durante el proceso de migración. Por lo tanto, la OMS afirma que «es necesario protegerlos y garantizar que los trabajadores de la salud en primera línea entiendan los riesgos».
Este informe ofrece una «instantánea» de la salud de los refugiados y migrantes en la Región Europea de la OMS, en un momento en que el fenómeno de la migración se está expandiendo en todo el mundo. Alrededor de 68.5 millones de personas en todo el mundo están actualmente desplazadas, de las cuales 25.4 millones cruzan las fronteras internacionales en busca de protección.
Los migrantes internacionales representan solo el 10% (90.7 millones) de la población total en la Región Europea de la OMS. Menos del 7.4% de estos son refugiados. Sin embargo, el informe muestra que en algunos países europeos, los ciudadanos estiman que hay 3 o 4 veces más inmigrantes de lo que realmente hay.
El volumen global de refugiados y migrantes como porcentaje de la población mundial en realidad se ha mantenido relativamente estable durante varias décadas, alrededor del 3% de la población mundial. Contrariamente a algunas percepciones de que los refugiados se apresuran a los países ricos, el 85% de los refugiados en todo el mundo están alojados en países en desarrollo.
ANÁLISIS DE LAS PRINCIPALES ENFERMEDADES
Los refugiados y los migrantes tienen menos riesgo de contraer todas las formas de cáncer, excepto el cáncer cervical. Sin embargo, es más probable que el cáncer en refugiados y migrantes se diagnostique en una etapa avanzada, lo que puede llevar a resultados de salud considerablemente peores que los de la población de acogida.
La depresión y la ansiedad tienden a afectar a los refugiados y migrantes más que a las poblaciones de acogida. Sin embargo, la variación por grupo de migrantes y en los métodos utilizados para evaluar la prevalencia hace que sea difícil sacar conclusiones firmes.
En general, los refugiados y los migrantes tienen una mayor incidencia, prevalencia y tasa de mortalidad por diabetes que la población de acogida, con tasas más altas en las mujeres. Mientras que los migrantes varones experimentan significativamente más lesiones relacionadas con el trabajo que los trabajadores no migrantes.
Para este organismo internacional «la respuesta inmediata a los recién llegados es garantizar que reciban vacunas básicas según el calendario del país anfitrión», así lamenta que «el acceso a los servicios sociales y de salud varía en la Región de Europa de la OMS», en parte debido al estatus legal, las barreras del idioma y la discriminación que se genera.
Asimismo, demanda que se proporcione cobertura de salud de calidad y asequible, así como protección social para todos los refugiados y migrantes, independientemente de su situación legal; hacer que los sistemas de salud sean cultural y lingüísticamente sensibles para abordar las barreras de comunicación; y garantizar que los trabajadores de la salud estén bien equipados y tengan experiencia para diagnosticar y tratar enfermedades infecciosas y no infecciosas comunes.
Por otro lado, mejorar la acción multisectorial sobre la salud de los refugiados y los migrantes; y una mejora de la recopilación sistemática y rutinaria de datos comparables sobre salud de refugiados y migrantes.