Wálter Juárez Estrada
El escenario de lo que serán las elecciones del l4 de junio, para elegir tres mil 968 plazas por el voto de la población, tiene un cambio diferente a los eventos anteriores; el pueblo será el juez, supervisará que los postulantes, no sean vendedores de ideas superfluas, cumplan con sus ofrecimientos, tengan presente el 2015, cuando los guatemaltecos se volcaron a las plazas públicas para expulsar a los corruptos sujetos a la justicia, proceso comicial que ahora tiene variantes, atípico por las restricciones del decreto de convocatoria, se teme que los candidatos accionarán para que se modifiquen las prohibiciones.
Los funcionarios electorales fueron drásticos en sus declaraciones, al sentenciar con una frase draconiana “que elegir a un candidato no es un cheque en blanco”…
El pueblo está en antecedentes, cuál será el rol de las elecciones para elegir a los jefes del Ejecutivo, 160 diputados al Congreso, al insípido Parlamento Centroamericano, Corporaciones para los 340 municipios, evitar la reelección de los parlamentarios y alcaldes, que se han aferrado a las curules y a las varas edilicias para negocios espurios, enriquecer sus alforjas, olvidándose que el guatemalteco, necesita salud, seguridad, educación que estudiantes de áreas marginales y del interior reciban sus clases en condiciones adecuadas y vías de comunicación.
El decreto de convocatoria prohíbe que los funcionarios y empleados, sin importar rango, promuevan candidaturas, so pena de ser sancionados de no usar los fondos públicos para los postulantes. Evitar campañas con aportes no declarados, que hayan debates con los que puntean las preferencias de voto; todos los candidatos presidenciales tienen derecho de exponer ante la población sus promesas, colocar en la República 14 vallas publicitarias. Esas decisiones han provocado inconformidad en los candidatos y dirigentes.
Se fijó un techo presupuestario para la campaña electoral de 3 meses, para no saturar los medios con propaganda de mal gusto. Lo importante de este proceso electoral, que el guatemalteco está consciente de su responsabilidad de elegir a los mejores ciudadanos. Que lleguen a dirigir el país, con programas de Gobierno, conocer quiénes serán sus ministros que presenten el programa de Gobierno, en caso contrario, recibirán una tacha del guatemalteco, que no se le podrá engatusar con populismo barato, que han utilizado los últimos gobiernos para llegar al Ejecutivo a hacer lo que el pueblo no quiere. Partido que no postule candidato presidencial, automáticamente queda cancelado. Son más de 7 millones de ciudadanos que tienen la responsabilidad de elegir a los mejores o tacharlos si no cumplen sus promesas.
En las elecciones de los últimos años el pueblo ha sido defraudado al involucrarse en las elecciones, para elegir a las autoridades del mes. Sin embargo las nefastas experiencias le han servido para tener consciencia que ahora llegó el momento de despertar, salir de ese letargo que ha llevado a Guatemala a la ruina, porque no quiere ser una Nicaragua, donde un binomio ha masacrado a los que antes eran sus aliados, mucho menos a un Honduras, que a base de engaños expulsó a los que le hacían contrapeso, menos a una Venezuela con un Maduro, que se perpetuó en el poder.