Roberto Arias
Sabemos que Guatemala es un país de riqueza extraordinaria, con abundantes tierras de origen volcánico. Sabemos también que los suelos de origen volcánico tienen propiedades y nutrientes esenciales para el desarrollo de cualquier tipo de cultivo agrícola. En los ámbitos medioambientales y agronómicos es sabido que los suelos donde hay o hubo actividad volcánica son sumamente fértiles, debido a que generalmente las capas de ceniza y arenas de origen volcánico contienen alta variedad de minerales esenciales para la nutrición de cultivos vegetales.
Además, Guatemala posee 3 regiones hidrográficas expresadas en 38 cuencas fluviales, 194 cuerpos de agua continentales, divididos en 7 lagos, 49 lagunas, 109 lagunetas, 19 lagunas costeras, 3 lagunas temporales y 7 embalses distribuidos en 18 de los 22 departamentos del país y que abarcan una superficie de 1067 km².
Muchos países desarrollados quisieran tener esas y otras riquezas naturales con las que Guatemala ha sido bendecida. Entonces, ¿A qué se debe la enorme pobreza y el hambre que atacan y matan a miles de guatemaltecos? ¿A qué se debe entonces la humillante migración ancestral hacia otros países, especialmente a los EE. UU.?
Hemos visto a ojo de pájaro que Guatemala cuenta con más que suficientes recursos naturales para alimentar a toda su población y a muchos más, puesto que como lo demuestra el hecho de ser el quinto país exportador de café y azúcar del mundo – cuesta comprender cómo es posible que el 49 % de los menores de 5 años sufra desnutrición crónica, es decir, más de un millón de niños y niñas. Esta tasa es la más alta de toda Latinoamérica y la cuarta a nivel mundial, sólo superada por Burundi, Tanzania y Zambia. Y entre la población indígena la tasa de desnutrición crónica infantil se dispara hasta un 70%.
Falta de ingresos: El hambre es en primera instancia un problema de falta de ingresos, pues la comida nunca escasea en Guatemala para quien puede pagarla. El problema es que la mayoría de las personas sobreviven con menos del salario mínimo legal. Los trabajadores del campo menos aún lo perciben y, el costo de la canasta básica supera por mucho el salario mínimo, que en 2008 era inferior a mil 500 quetzales. Según el estudio, ese mismo año, la canasta básica costaba unos mil 900 quetzales. Haga usted la ecuación estimado lector.
Un reparto desigual de la tierra: Guatemala es la quinta economía exportadora de café y azúcar y, el segundo país del mundo (después de Brasil) con mayor desigualdad de acceso a la tierra, con un índice de Gini de inequidad en la tenencia de la tierra de 0,84. (El índice de Gini o Coeficiente de Gini es una medida económica que sirve para calcular la desigualdad de ingresos que existe entre los ciudadanos de un territorio; normalmente de un país.)
Creo conveniente recordar estos temas a los distinguidos lectores de La Hora, en el afán de refrescarles la memoria para que puedan pensar muy bien su voto en las elecciones que se avecinan para este año.
Continúa.