Por Redacción La Hora
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En un artículo publicado para el sitio electrónico Soy Migrante, de la OIM, el salvadoreño y profesional Gilberto Américo Alas Sola, explicó parte de las razones que lo motivaron a migrar hace algún tiempo y que ahora lo llevaron a residir en la Ciudad de México.
Según Alas, desde adolescente está relacionado al tema de la migración pues en una oportunidad tuvo que movilizarse de su pueblo hasta la capital para estudiar una licenciatura en Relaciones Internaciones y desde entonces supo que se mantendría en un movimiento constante.
“Cuando decidí migrar a San Luis Potosí, México fue por cuestiones académicas, ya que inicié a estudiar mis dos Maestrías, una en Derechos Humanos de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, y la segunda en Estudios de Migración Internacional en el Colegio de la Frontera Norte de México, comprendí que mi vida iba a dar un giro de 360º, porque tenía que dejar mi entorno de seguridad y confort que construí en El Salvador, mi país de origen”, recordó.
Decidirse, asegura que fue una decisión complicada, principalmente por el temor a lo desconocido, sin embargo, fueron sus sueños por superarse los que lo llevaron a tomar la determinación y en todo momento afirma que su familia lo apoyo a cumplir su deseo.
“Al principio fue muy complicado porque para mí todo era diferente, desde el acento hasta los tipos de comidas, y eso que México está relativamente cerca de Centroamérica. Luego fui conociendo mucha gente potosina, mexicana, colombiana, centroamericanos, que hicieron mi estancia como si estuviera en casa”, refirió.
ENFOCADO EN CONTAR HISTORIAS DE MIGRANTES
Ahora Gilberto se dedica a crear herramientas institucionales y académicas para la protección y apoyo de las personas migrantes en territorio mexicano, pero sobre todo enfocado en contar sus historias desde una perspectiva salvadoreña, porque entiende del drama que se vive en la región.
“Una vez me preguntaron que si yo me arrepentía de la decisión de migrar a México, y no, nunca me arrepentiré, porque fue y sigue siendo un salto a mi superación profesional, a la libertad personal y a probarme constantemente que puedo ser mejor para mí y para los demás, y que no importa de dónde venimos ni de qué país, lo más relevante son las ganas de superación y de escribir una historia diferente en nuestras vidas”, anotó.
Uno de los mayores retos a los que se ha enfrentado el profesional, es romper los estereotipos sobre las personas migrantes, a la vez que destacó que los salvadoreños en el extranjero también pueden llegar lejos a pesar que la sociedad a veces se muestra excluyente.
Por ello, afirmó que solo con paciencia, amor y dedicación a las actividades que se desarrollan se pueden romper todos los estereotipos.
“Muchas veces me subo a un avión o abordo un autobús sin saber a lo que más adelante me enfrentaré. Lo único que me mueve es la fe, las ganas de poner en alto a mi madre y mi hermano, que continúan en El Salvador, y el servicio al prójimo, ya que sin todas aquellas historias de vida de las personas migrantes con las que he tratado, no podría construir respuestas y esfuerzos en pro de su protección”, puntualizó.
“Una vez me preguntaron que si yo me arrepentía de la decisión de migrar a México, y no, nunca me arrepentiré, porque fue y sigue siendo un salto a mi superación profesional, a la libertad personal y a probarme constantemente que puedo ser mejor para mí y para los demás, y que no importa de dónde venimos ni de qué país, lo más relevante son las ganas de superación y de escribir una historia diferente en nuestras vidas”.
GILBERTO AMÉRICO ALAS SOLA