Por Eder Juárez
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El vicepresidente Jafeth Cabrera le dijo en un discurso al Ejército de Guatemala que “no podemos permitir que personal extranjero quiera venir a pisotear nuestras insignias patrias”, las cuales se deben defender y que eso “es parte del proceso que el Ejército tiene encomendado”, sentenció.
Ante estas declaraciones del Vicegobernante, analistas consultados consideran que son acciones intimidatorias que envían un mal mensaje a la población.
Renzo Rosal, analista independiente, indicó que es peligroso y es un recordatorio lamentable del país de los años 70 y 80, donde recurrir al Ejército era cotidiano.
“Es un llamado muy peligroso porque se recuerdan esas etapas de autoritarismo terribles del país, otra vez se está proclamando el tema de la injerencia, que no existe, pero que se va creando como una corriente de opinión y se crea como el justificativo para acciones de carácter político y jurídico”, lamentó.
Según Rosal, “las declaraciones de Cabrera son para contribuir a esa escalada de intimidación de todas aquellas voces de denuncia o instituciones que están haciendo un trabajo independiente, y para el Gobierno, el Ejército debe contribuir a jugar con ese instrumento, aunque sería un papel lamentable”.
Mientras que Mario Polanco, del Grupo de Apoyo Mutuo, indicó que hacer apología del Ejército y llamarlos para que apoyen en algún momento, es un mal mensaje que se le envía a la población, especialmente por los antecedentes de la participación del Ejército en el pasado con acciones que derivaron en abusos.
Asimismo, dijo que el Vicepresidente con este tipo de declaraciones empodera al Ejército, para que eventualmente se vuelvan a cometer abusos como en el pasado.
“Me parece insólito que el Vicepresidente haga ese llamado porque él fue rector de la Universidad de San Carlos y esa máxima casa de estudios fue víctima de las acciones de terror que el Ejército impulsó, entonces es contraproducente que alguien que estuvo vinculado a la Usac en algún momento ahora dé ese tipo de declaraciones”, señaló Polanco.
Se intentó establecer una comunicación con Raquel Zelaya de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asies) para conocer su opinión al respecto, pero no respondió a las llamadas realizadas por este medio.
