Para dolor del Pacto de Corruptos, formado inicialmente por los políticos implicados en todas las cochinadas, pero ahora muy vigorizado por el apoyo de los sindicados del financiamiento electoral ilícito, la Corte de Constitucionalidad es un dolor de cabeza y más ahora que, por mayoría de cuatro a uno, amparó a los guatemaltecos que objetaron la política de Jimmy Morales hacia la CICIG con el tema de las visas, dejando en soledad a la magistrada Presidenta Dina Ochoa quien, como en otras ocasiones, tratará de retrasar las notificaciones tomándose todo el tiempo del mundo para razonar su voto. Para razonarlo basta y sobra con poner lo obvio, que está al servicio de la Dictadura de la Corrupción.
Ya había logrado retrasar el pleno de magistrados para que no se conocieran los amparos antes de que el gobierno pudiera expulsar a los abogados e investigadores de la CICIG, pero aunque tardía, la resolución final viene a restablecer el imperio de la ley y significa un retroceso para quienes pretendían dar el manotazo al orden legal y constitucional, sobre todo tomando en cuenta que estaban actuando en abierta violación de resoluciones ya dictadas por la misma Corte de Constitucionalidad.
Esto no significa que terminó la lucha y que el gobierno entrará en razón. Por el contrario, hay que entender que así como han ignorado anteriores resoluciones de la CC bajo el argumento de que basta con que un ignorante del derecho como el Presidente las califique de “órdenes ilegales” para que dejen de ser acatadas y cumplidas. Seguramente que harán lo que sea necesario para impedir que surjan nuevos casos en materia de corrupción, y para ello tienen que mantener a la CICIG más preocupada por la seguridad de sus funcionarios que por los asuntos fundamentales que el país demanda.
Difícil, en estas condiciones, desear una feliz y tranquila Navidad a nuestros lectores, pero confiamos en que el Niño ilumine a este pueblo para que actúe como corresponde.