Sandra Xinico Batz

sxinicobatz@gmail.com

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Sandra Xinico Batz
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En un país colonialista y colonizado, cuando un indio se atreve a cuestionar el racismo siempre resultará siendo resentido y envidioso. “¡Te estás haciendo la víctima!”, será una afirmación constante para acallar nuestras denuncias contra su hipocresía racista que alaba que los indios nos estemos “modernizando”, pero aborrece que no queramos ser integrados o asimilados a su proyecto de nación. (Te debes sentir peor por hacerte la víctima que por el racismo que golpea tu cara en todo momento).

Cuando un indio o una india se atreve a cuestionar el racismo siempre terminará siendo divisionista, incluso en los espacios más “progresistas”. “¿Cómo no te sientes orgullosa de ver a tu gente en las portadas de revistas o promocionando gaseosas de una marca multinacional?” Esta pregunta será una constante que pretende botar nuestro cuestionamiento a la “moda artesanal” de la que estamos siendo objeto y en lo que nos han estado convirtiendo a los indios. Somos como artesanías exóticas que se han puesto de “moda” porque su explotación es rentable, pues estamos inundados de moralismos políticamente correctos, aunque en el fondo sigamos siendo unos grandes racistas, machistas, homofóbicos, clasistas.

Cuando un indio reta el racismo de una sociedad colonialista y colonizadora siempre resultará siendo violento y un acomplejado infeliz de autoestima baja. Cuando una india rechaza el multiculturalismo liberal de las grandes corporaciones mundiales que buscan que los indios seamos consumistas y que terminemos de aceptar al capitalismo como nuestro dios, terminaremos siendo unas envidiosas que queremos quitar a las indígenas famosas para ponernos nosotras en su lugar. (Tienes que sentirte mal por tu envidia voraz y no por la perversidad del sistema capitalista que quiere seducirte para ser parte de este y no estar en su contra).

Cuando un indio reclama su derecho a mantener su identidad y declara esto como una postura política para no dejar de existir, terminará siendo ante los ojos de los racistas un indigenista, indianista, culturalista que se aprovecha de su gente para hacerse fama, intentando así minimizar cualquier esfuerzo de rechazar la cultura global europeizante que busca deshacer nuestra cultura para que ya no haya oposición al modelo económico, y político de muerte que implica el capitalismo.

Cuando una india cuestiona que el genocidio continuado es un efecto del racismo vivo buscarán ridiculizarnos argumentando que en un país de indios el problema no es la raza sino la clase porque hasta entre los indios hay élites, tratándonos como ignorantes que no sabemos en dónde estamos paradas. (Te harán creer que porque fuiste a la universidad sos una élite y que por ello no puedes cuestionar a las verdaderas élites indígenas que se han plegado al sistema).

“El indio lucha por la justicia racial, por la libertad de su raza, raza esclavizada…” “El problema del indio no es un asunto de asimilación o integración a la sociedad “blanca, civilizada”; el problema del indio es problema de LIBERACIÓN” (Fausto Reinaga indio Aymara-Quechua).

Y de todas formas terminarán preguntándote: ¿y por qué te hacés la víctima pues?.

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